Los fieles rusos, que el año pasado celebraron la Pascua ortodoxa en total confinamiento por la pandemia del coronavirus, recuperaron hoy la celebración de la festividad religiosa en sus templos, aunque con estrictas medidas de seguridad sanitaria.
”Con la resurrección de Cristo se venció al mayor enemigo de la humanidad: la muerte. La Pascua de hoy es especial porque trae la esperanza de que la pandemia pasará y, dejándonos importantes lecciones, se irá para siempre”, afirmó el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, en su mensaje a los creyentes.
En las misas y procesiones pascuales, celebradas la pasada medianoche en todo el país, participaron más de 1,6 millones de fieles, según el Ministerio del Interior de Rusia, que movilizó a más de 47.500 policías para garantizar el orden público.
La Iglesia ortodoxa celebra la Pascua de Resurrección el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte.
Debido a esta particularidad astronómica, la Pascua ortodoxa coincide con la que celebran los cristianos de rito occidental sólo cada tres o cuatro años.
PUTIN, CREYENTE ORTODOXO, ALABA LA LABOR DE LA IGLESIA
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, asistió al oficio religioso celebrado por Kiril en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, el templo mayor de la Iglesia ortodoxa rusa.
Desde que llegó al poder, en el año 2000, solo en dos ocasiones Putin no ha asistido a las misas pascuales en la Catedral de Cristo Salvador: en 2003, cuando efectuaba una visita oficial a Tayikistán, y el año pasado, durante el confinamiento.
En un mensaje de felicitación a los fieles ortodoxos y a todos los ciudadanos rusos, el mandatario destacó la “labor fructífera y necesaria de la Iglesia ortodoxa rusa, de otras confesiones cristianas en la preservación de la paz y la concordia en el país y en el desarrollo del diálogo interreligioso e interétnico”.
”Y, desde luego, resalto especialmente el servicio incansable y abnegado de la Iglesia, que se ha convertido en los difíciles tiempos actuales en un sostén espiritual para millones de personas”, subrayó Putin.
LA PANDEMIA Y SU IMPRONTA
Si en 2019 cerca de 1,5 millones de moscovitas acudieron a los templos de la capital ya sea a las misas pascuales o bendecir el “kulich”, el tradicional pan de Pascua ruso, este año el Ayuntamiento calcula que serán muchos menos debido a las restricciones sanitarias.
”En Navidad cerca de 200.000 personas fueron a la iglesia. Está claro que ahora serán más de 200.000, pero significativamente menos de 1,5 millones”, dijo a la agencia RIA Nóvosti el jefe de departamento de Política Nacional del Ayuntamiento.
Y es que los templos deben cumplir la normas impuestas por la autoridades sanitarias, como exigir el uso de mascarillas, garantizar la distancia social y evitar aglomeraciones de fieles.
En algunas ciudades del país, como Stávropol o Ekaterimburgo, las autoridades eclesiásticas renunciaron a la celebración de las procesiones pascuales.
ABANDONO DE TRADICIONES Y APUESTA POR LA VACUNACIÓN
La pandemia hizo poco recomendable cumplir la tradición de besar los iconos o de darse tres besos en las mejillas tras el saludo pascual de “Cristo ha resucitado”, al que los ortodoxos contestan: “En verdad ha resucitado”.
Jerarcas ortodoxos rusos, como el cabeza de la metrópoli de Bélgorod, Ioann, llamaron a su feligreses a protegerse del covid-19 y a confiar en los médicos en los asuntos referidos a la vacunación.
Tanto es así que el monasterio de Santa Marta y Santa María de Bélgorod acoge los domingos a una brigada de vacunación contra el covid-19. Toda ayuda es poca: el ministro de Sanidad de Rusia, Mijaíl Murashko, afirmó hoy que actualmente en el país hay más de 300.000 casos activos de covid-19 y que la situación epidémica “continúa siendo tensa”.
En una entrevista con la cadena de televisión estatal Rossía-1, Murashko señaló que hasta el 25% de la personas que superaron el covid-19 presenta diversas secuelas y que el 10% requiere hospitalización.
(con información de EFE)
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