Rusia anunció este viernes sanciones contra ocho funcionarios de la Unión Europea en represalia por medidas impuestas por Bruselas en marzo, a lo que las instituciones comunitarias replicaron que se reservan el derecho de adoptar nuevas medidas.
“La Unión Europea continúa con su política de restricciones unilaterales ilegítimas contra ciudadanos y organizaciones rusas”, declaró Moscú, que en concreto prohibición de entrada al país de ocho altos cargos, entre ellos el presidente del Europarlamento.
“La UE se reserva el derecho a tomar las medidas apropiadas en respuesta a la decisión de las autoridades rusas”, respondieron por su parte los presidentes de las tres instituciones de la UE -el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea- en un comunicado conjunto.
Entre los sancionados por Moscú están David Maria Sassoli, presidente del Parlamento Europeo, y Vera Jourova, vicepresidenta de la Comisión Europea encargada de Valores y Transparencia.
“Aparentemente, no soy bienvenido al Kremlin. Me lo sospechaba un poco... Ninguna sanción o intimidación impedirá al Parlamento Europeo o a mí mismo defender los derechos humanos, la libertad y la democracia. Las amenazas no nos harán callar”, reaccionó Sassoli en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Según el comunicado de la diplomacia rusa, Moscú responde así a las sanciones impuestas por la UE el 2 y 22 de marzo a ciudadanos rusos, unos actos que, según Moscú, buscan “desafiar abiertamente a la independencia de la política interior y exterior rusa”.
El 2 de marzo, la UE anunció que imponía sanciones contra cuatro rusos a los que acusaba de graves violaciones de derechos humanos, como arrestos y detenciones arbitrarias -en especial del líder opositor Alexei Navalny- así como la represión masiva y sistemática de la libertad de reunión pacífica en Rusia tras las marchas que tuvieron lugar en protesta de la detención.
Estas medidas incluían la prohibición de entrada en territorio de la UE y la congelación de haberes de esos responsables, entre los que encuentra el jefe del Comité de Investigación ruso, Alexander Bastrykine, y el fiscal general, Igor Krasnov.
El 22 de marzo, el Consejo de la UE decidió introducir medidas restrictivas contra los responsables de violaciones graves de derechos humanos en varios países del mundo, sobre todo por tortura y represión de personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales y opositores políticos en Chechenia, una república del Cáucaso ruso.
El cruce de sanciones es el último episodio del deterioro de las relaciones entre Moscú y el bloque. Estas ya venían desgastadas desde fines de 2020 cuando ambas partes chocaron por la crisis en Bielorrusia, considerando el apoyo de Moscú al dictador de Minsk, Alexandr Lukashenko, quien reprimió durante semanas protestas en su contra tras imponerse en unas elecciones ampliamente calificadas como fraudulentas por la comunidad internacional.
Desde entonces, las partes también chocaron por la movilización de tropas por parte de Rusia hacia Crimea y la frontera con Ucrania, acciones que Bruselas condenó enfáticamente antes de que Moscú ordenara su retirada para desescalar las tensiones.
Con información de AFP
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