Ante el dramático escenario sanitario que sacude a India por el avance de la pandemia de COVID-19, los líderes de importantes empresas tecnológicas nacidos en ese país impulsan parte de las donaciones internacionales para mitigar el impacto de la crisis. Entre ellos se destacan Sundar Pichai, Satya Nadella y Vinod Khosla, directores ejecutivos de Alphabet y Microsoft y cofundador de Sun Microsystems, respectivamente.
El lunes, Google anunció una donación por USD 18 millones para las víctimas de la enfermedad y para el sistema hospitalario. Además, confirmó que Pichai estaba donando de su propio bolsillo USD 700 mil, los cuales serían destinados al programa de UNICEF en el país. Nacido en la ciudad de Chennai, en el estado de Tamil, Pichai creció pasó su infancia y adolescencia en el país. Obtuvo su diploma de grado en el Instituto Tecnológico de India antes de continuar sus estudios y carrera profesional en los Estados Unidos.
Por su parte, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, dijo estar “devastado” por la situación en su país natal, que este miércoles superó las 200.000 muertes registradas por COVID-19 y continúa rompiendo lúgubres récords con cada día. Aunque no mencionó cifras específicas, prometió: “Microsoft continuará usando su voz, sus recursos y su tecnología para los esfuerzos de ayuda y apoyará la compra de los fundamentales equipos de concentración de oxígeno”.
El pronunciamiento de estos dos referentes del mundo tecnológico llegó luego de la promesa de Vinod Khosla, cofundador del gigante informático Sun Microsystems, quien prometió enviar aviones cargados de oxígeno. “Estoy dispuesto a financiar hospitales en la India que necesiten fondos para importar aviones a granel llenos de oxígeno o suministros a la India para aumentar la oferta. Los hospitales públicos y las ONG también pueden comunicarse“, dijo Khosla en Twitter, quien rápidamente fue contactado por autoridades sanitarias y ha estado artículando la logística con importantes organizaciones locales.
Khosla también hizo un pedido al gobierno estadounidense, teniendo en cuenta el superávit de dosis de vacunas con el que cuenta el país. “Es poco probable que la vacuna de AstraZeneca sea aprobada en Estados Unidos, dadas las actuales alternativas. El Presidente debería absolutamente liberar todas las dosis y los futuros acuerdos, ya que Moderna y Pfizer pueden cubrir las necesidades de EEUU”, indicó.
En respuesta, la Casa Blanca aseguró que estaba “trabajando en estrecha colaboración con funcionarios indios tanto a nivel político como de expertos para identificar formas de ayudar a abordar la crisis”. Este lunes, la administración de Joe Biden anunció que comenzará a donar dosis de la vacuna desarrollada por el laboratorio anglo-sueco -hasta 60 millones durante las próximas semanas- una vez que esta sea aprobada por las entidades sanitarias pertinentes del país. No se especificó cuantas serán enviadas a India.
De todas formas, las impactantes imágenes y cifras de lo que ocurre en el país asiático, más el activismo de los empresarios, motivó a otros empresarios a contribuir a la ayuda humanitaria. Tim Cook, CEO de Apple, dijo que la empresa realizará donaciones, sin entrar en detalles. Balaji Srinivasan, inversor en Silicon Valley, se comprometió a una ayuda de hasta USD 100 mil. También la empresa Amazon anunció una donación concentradores de oxígeno y otros equipos a varios hospitales.
En paralelo, numerosos países anunciaron iniciativas propias, algunas de las cuales ya comenzaron a llegar. Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania están entre quienes comprometieron ayuda.
A su vez, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, el mayor grupo de presión empresarial de Estados Unidos, y los directores ejecutivos de 40 empresas lanzaron el lunes un grupo de trabajo centrado en proporcionar a la India suministros médicos críticos, oxígeno y otras ayudas. La iniciativa incluye un nuevo portal en el que las empresas estadounidenses pueden aportar donaciones.
Estados Unidos se ha enfrentado a críticas en la India, donde los fabricantes locales de vacunas han tenido dificultades para comprar materias primas a los proveedores estadounidenses. Los funcionarios del gobierno de Biden insisten en que no hay ninguna prohibición de exportación, aunque la Ley de Producción de Defensa de Estados Unidos permite dar preferencia a los fabricantes estadounidenses.
(Con información de Reuters)
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