La jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam Cheng Yuet-ngor, no confirmó si la vigilia anual que conmemora la represión de la Plaza de Tiananmen estará prohibida en virtud de la ley de seguridad nacional, pero aseguró que es obligación de la ciudad respetar al Partido Comunista Chino en el poder.
La funcionaria ofreció una respuesta moderada cuando fue consultada acerca del asunto, horas antes de que los organizadores del acto solicitaran formalmente a la policía una autorización para la llevar a cabo la concentración prevista para el 4 de junio, según informó South China Morning Post.
La vigilia con velas en el Parque Victoria ha sido la única conmemoración pública a gran escala en China de la sangrienta represión de 1989 en Beijing. La próxima edición, que marcará el 32º aniversario de Tiananmen, sería la primera desde que el régimen impusiera su ley de seguridad nacional en Hong Kong en junio de 2020.
Simpatizantes de Beijing y académicos advirtieron previamente que la Alianza de Hong Kong en Apoyo a los Movimientos Patrióticos Democráticos de China, organizadora del evento, entró en conflicto con la nueva legislación, dado que su manifiesto solicita explícitamente el “fin de la dictadura del partido único”.
“Depende mucho de lo que vaya a ocurrir en la concentración, si los participantes incurren en delitos prohibidos por la ley de seguridad nacional”, declaró Lam cuando se le preguntó por la opinión de la administración sobre la legalidad de la vigilia antes de su reunión semanal del Consejo Ejecutivo, de acuerdo a South China Morning Post.
La funcionaria subrayó además que el alto grado de autonomía que goza Hong Kong en virtud del principio de “un país, dos sistemas” no es “global y absoluto”, y añadió que la ciudad debe respetar la constitución del país.
“La constitución establece claramente que el socialismo con características chinas está dirigido por el Partido Comunista Chino”, afirmó. “Con la premisa de que debemos respetar la constitución, también debemos respetar al Partido Comunista Chino que gobierna”, agregó.
Sin embargo, añadió que la posibilidad de no respetar al partido constituya un delito dependerá de las leyes pertinentes, de las pruebas y de las acciones emprendidas.
Chow Hang-tung, vicepresidenta de la alianza, aseguró que el grupo no abandonará su llamamiento al “fin de la dictadura del partido único”.
“Si luchamos de verdad por la democracia, de ninguna manera estaríamos de acuerdo con la dictadura de un solo partido”, señaló tras presentar a la policía la solicitud para llevar a cabo el evento del 4 de junio.
Chow indicó también que resulta difícil para la oposición al régimen tener una idea clara de lo que está permitido por la ley de seguridad nacional y lo que no, a causa de lo que ella llama la línea roja móvil de la legislación.
“Sólo podemos actuar basándonos en nuestros principios, no en el asesoramiento jurídico”, aseguró, según South China Morning Post.
Lau Siu-kai, vicepresidente de la Asociación China de Estudios de Hong Kong y Macao, indicó que la alianza estaría violando la ley de seguridad si continúa pidiendo por el “fin de la dictadura de un solo partido y la construcción de una China democrática”.
“Se puede decir que está en una zona gris, ya que son sólo eslóganes, pero la alianza lleva mucho tiempo ayudando a los disidentes de la China continental y estas son acciones reales”, dijo Lau. “En la última situación política, diría que es difícil sobrevivir”, agregó.
El año pasado, se prohibió la vigilia anual con velas por primera vez en 30 años, argumentando que “las asambleas públicas eran una actividad de alto riesgo” dada la crisis del coronavirus.
Miles de residentes desafiaron la prohibición y se congregaron igualmente en el Parque Victoria, mientras otros encendieron velas en pequeñas vigilias por toda la ciudad.
El lunes, el periódico Sing Tao Daily citó fuentes que sostienen que la policía probablemente rechazará la solicitud por segundo año consecutivo debido a la “inestable situación de la epidemia de COVID-19”.
El secretario de la alianza, Richard Tsoi Yiu-cheong, dijo anteriormente que la prohibición del evento tendría “motivaciones políticas”, e instó a la policía a defender la libertad de reunión garantizada por la Ley Básica, la miniconstitución de la ciudad.
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