La organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este lunes que la Fiscalía de Moscú está tratando de declarar “extremistas” a varias organizaciones afiliadas al líder opositor Alexei Navalny, que está en prisión, y pide “poner fin a la persecución infundada y las demandas contra los críticos del Kremlin”.
De aprobarse el fallo judicial que “está buscando” la Fiscalía, “las actividades de estas organizaciones quedarían prohibidas y los miembros de su personal y simpatizantes podrían enfrentar un proceso penal y una posible pena de prisión”, ha alertado la organización.
En este sentido, ha demandado a la Fiscalía que retire “de inmediato” su solicitud y ponga fin a “este último intento de silenciar y reprimir cualquier oposición y disidencia en el país”.
El 16 de abril, la Fiscalía anunció que había solicitado al tribunal que tres organizaciones afiliadas a Navalny fueran designadas como “extremistas”, la Fundación Anticorrupción (FBK), la Fundación para la Protección de los Derechos de los Ciudadanos y la sede de Navalny.
Anteriormente, ante una solicitud de la Fiscalía General, los fiscales de Moscú iniciaron una inspección de las tres organizaciones a finales de marzo, cuya informe final “no proporciona ningún detalle concreto que explique la justificación de las autoridades para solicitar la designación de extremista”, ha lamentado la ONG.
Lo que si incluye la declaración de los fiscales es que, presuntamente, las organizaciones, “bajo el disfraz de consignas liberales”, estaban creando condiciones para desestabilizar la sociedad y la situación política, “creando condiciones” para cambiar el orden constitucional de Rusia utilizando un “escenario de revolución de color”.
Sin embargo, Human Rights Watch ha precisado que los fiscales no incluyen ninguna información que demuestre esta supuesta incitación a la violencia por parte de las organizaciones.
“Tratar de etiquetar como extremistas a estas organizaciones lleva la persecución del Kremlin a los críticos vocales a un nuevo nivel”, ha considerado el director para Europa y Asia Central de Human Rights Watch, Hugh Williamson, que ha denunciado que es “infundado, escandaloso y otro signo del rechazo del Kremlin a los derechos democráticos fundamentales y la determinación de aferrarse al poder a toda costa”.
HRW ha evidenciado que “esta flagrante injerencia en las libertades de expresión y asociación viola los Derechos Humanos fundamentales garantizados por el Convenio Europeo de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Constitución de Rusia”, por lo que “las autoridades rusas deberían dejar de responder a las quejas públicas y a la oposición política tomando represalias contra el mensajero y violando los derechos fundamentales de los rusos”, ha concluido Williamson.
Con información de Europa Press
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