Cornelis Slomp, el Pablo Escobar de la dark web: cómo hizo su fortuna el capo narco que acaba de ser liberado

A los 22 años, el holandés había cosechado una cantidad de bitcoins que hoy equivaldría a más de 23 mil millones de dólares. Hasta que el FBI le tendió una trampa

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Cornelis Slomp ganó una fortuna que hoy valdría miles de millones de dólares vendiendo drogas en internet y, tras solo nueve años de cárcel, recuperó su libertad.
Cornelis Slomp ganó una fortuna que hoy valdría miles de millones de dólares vendiendo drogas en internet y, tras solo nueve años de cárcel, recuperó su libertad.

Hace pocos días y y tras 9 años en prisión, salió de la cárcel uno de los traficantes virtuales de drogas más famosos de todo internet, el holandés Cornelis Jan “Maikel” Slomp, conocido como el “Pablo Escobar de Silk Road” por la inmensa fortuna en bitcoins que logró cosechar en menos de dos años de actividades en la dark web.

Slomp cumplía una condena a 15 años de prisión, después de ser arrestado en uno de sus viajes ‘de negocios’ a Estados Unidos, y declararse culpable en un juicio que lo enfrentó a la posibilidad de pasar de 40 años a cadena perpetua.

Tenía entonces apenas 22 años y ya era multimillonario. Su fortuna consistía en 380.000 bitcoins, que para la época valían 3,5 millones de dólares y hoy son más de 23.411 millones de dólares. Los entregó todos a cambio de un acuerdo con los federales estadounidenses que le redujera su tiempo en prisión.

Finalmente duró nueve años tras las rejas, ya que fue liberado tempranamente por razones humanitarias. En la cárcel contrajo COVID-19 y tuvo que ser ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos, pero logró recuperarse por completo y ahora está de regreso en la casa de su familia en la pequeña ciudad de Woerden (Países Bajos).

En su nueva vida de vuelta a la libertad este ‘ex capo’ de la dark web sigue sin pensar que lo que hizo estuvo mal, pero afirma que no piensa en volver a traficar, pues su historia se hizo tan famosa que tal nivel de exposición sería todo menos bueno para el negocio.

Silk Road: el start-up que se convirtió en un market place de drogas.

La dark web es un lugar curioso, o mejor, para curiosos. Es esa capa escondida del internet que no está pasada por miles de filtros en código que, por decir lo menos, limitan la web a la que normalmente accedemos.

Esa libertad de la que goza la dark web -a la que no se puede acceder a menos que se cuente con un navegador especial como Tor- permite que ahí se encuentre literalmente de todo. Desde mercado negro de armas, drogas, pornografía infantil, tráfico de personas, accesos libres a las bibliotecas virtuales de las más prestigiosas universidades del mundo y cualquier otra cosa imaginable.

Todo eso, sin embargo, no está al alcance de un click y depende de “host” o páginas que funcionan como una especie de foro de Reedit donde se puede acceder a la información.

Vista de la plataforma Silk Road en la dark web
Vista de la plataforma Silk Road en la dark web

El caso es que para 2011 un joven emprendedor llamado Ross Ulbricht decidió llevar a la realidad su sueño de acabar la guerra contra las drogas y la violencia que viene con ella creando un mercado anónimo, seguro y online para su comercialización.

Así nació Silk Road, una suerte de Amazon de la dark web, en donde las personas podían negociar todo tipo de drogas recreativas, desde MDMA o heroína, hasta cocaína, éxtasis o marihuana. La clave era que las transacciones eran anónimas, y las drogas se enviaban por correo.

A la semana Silk Road podía mover unos 500 mil dólares en ventas, todas ellas hechas con bitcoin. Así Ulbrich, mejor conocido con el pseudónimo de el ‘Temible Pirata Roberts’, se transformó en un magnate anónimo, que manejaba su cartel de drogas virtuales entre cafés públicos de Sillycon Valley, para mantenerse fuera del radar de las autoridades.

Pronto su market place se empezó a llenar de productos más allá de las drogas, y en él se empezaron a traficar otras cosas, como armas cortas, rifles de asalto, herramientas de hackeo o venenos para suicidarse.

Dentro de Silk Road proliferaron varios personajes que amasaron fortunas en poco tiempo, gracias a la plataforma creada por el Pirata Roberts. Slomp, o “SuperTrips” como era conocido, fue el más famoso entre los dealers de MDMA y otras drogas duras.

Pero también hubo otros, como Sheldon Kennedy, “el contrabandista de armas de Nebraska”; Olivia Bolles, una ginecóloga convertida en traficante de drogas, Steven Lloyd Sadler y Jenna White una pareja de novios que vendían heroína y metanfetamina que fueron bautizados como los “Bonnie y Clyde de Silk Road”; o “El Sindicato del Pacífico Noroeste”, integrado por Jason Hagen, Chelsea Reder, Richard Webster y Donald R. Bechen, señalados de vender grandes cantidades de metanfetamina usando la dark web.

Ross Ulbricht creó un imperio ilegal en línea para la compraventa de drogas con Silk Road, uno de los lugares más populares de la dark web para vender drogas. Era conocido como el Temible Pirata Roberts
Ross Ulbricht creó un imperio ilegal en línea para la compraventa de drogas con Silk Road, uno de los lugares más populares de la dark web para vender drogas. Era conocido como el Temible Pirata Roberts

Todos fueron capturados y sus operaciones desmanteladas, en las investigaciones que siguieron a la caída del Temible Pirata Roberts, quien trató de dar el paso completo a capo del narcotráfico después de que ordenó el asesinato de alguien que supuestamente había robado a un cliente en su plataforma.

El enlace para perpetrar el golpe era un agente encubierto de la DEA y esa fue la estocada final para Silk Road, que salió de operación en 2013.

Ultrich fue capturado en octubre de ese año, cuando un error de programación expuso la dirección IP de un café donde el pirata solía ir. Allí lo capturaron, con decenas de millones de dólares en Bitcoin en su laptop y suficientes pruebas para condenarlo a cárcel de por vida. Tenía dos millones más de bitcoins en dos memorias que guardaba en la mesa de noche de su cuarto. En su bolsillo solo llevaba dos dólares.

El Temible Pirata Roberts hoy cumple una sentencia de cadena perpetua en el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York, donde es vecino del Chapo Guzmán, sin posibilidad de salir libre bajo palabra.

‘SuperTrips’: De programador a Pablo Escobar de la dark web

En 2012, Cornelis Jan “Maikel” Slomp era un programador de 21 años que tenía un trabajo de oficina en una empresa de su ciudad natal. Era consumidor de drogas, especialmente de MDMA.

Un día cualquiera se encontró en la televisión con un capítulo de ‘Spuite en Slikken’ (Inyectarse y Tragar), un popular programa de entrevistas sobre sexo y drogas que transmitía la cadena NPO en la televisión neerlandesa. El episodio era sobre Silk Road, sobre el Terrible Pirata Roberts y el boom de la plataforma, incluso explicaban cómo encontrar el sitio y el uso del Bitcoin como moneda para las compras.

Slomp quería comprar MDMA, pero la droga estaba escasa, así que decidió buscarla en la plataforma. Encontró poca oferta, así que tuvo una idea: si el MDMA era lo más maravilloso que había probado -no le gustaba el licor, la marihuana o el cigarrillo- todos deberían hacerlo, y si nadie estaba vendiendo, él lo iba a hacer.

Cornelis Jan “Maikel” Slomp fue capturado cuando tenía 22 años.  @dalyon92x
Cornelis Jan “Maikel” Slomp fue capturado cuando tenía 22 años. @dalyon92x

Algo que jugó a favor de Slomp es que Países Bajos es uno de los mayores productores de MDMA del mundo, por lo que conseguir droga barata en Ámsterdam fue un paso relativamente fácil, y al revenderlas en internet su precio aumentaba considerablemente por el valor que tenían en los otros países.

Así montó “SuperTrips”, un perfil que existía dentro de Silk Road que empezó a manejar como toda una empresa. Para enviar la droga empezó a comprar cajas de DVD al por mayor y cargarlas con el producto sellado al vacío. Las cajas luego iban en sobres que se enviaban al extranjero por correo internacional.

En su primer mes como ‘narco’ ganó 18 mil dólares, y eso que apenas traficaba en su tiempo libre, pues aún trabajaba como programador. Pero al ver el éxito que estaba teniendo su operación renunció al trabajo y empezó a expandirse, contratando otras personas para que lo ayudaran a manejar el sitio.

Durante su auge comenzó a gastar grandes cantidades de dinero, compro varios autos, como un Bentley, dos Audi y un Mercedes Benz. Claramente, empezó a atraer atención por su repentino dinero, así que ideó como coartada una compañía de software que supuestamente había fundado y estaba pasando por un gran momento.

Su vida también cambió, y se convirtió en un asiduo participante de los más exclusivos circuitos de fiestas en Europa y Estados Unidos, donde viajaba con regularidad por motivos de su negocio.

Eso también llamó la atención de las autoridades, aunque en principio Slomp creyó que solo tendría que lidiar con las neerlandesas. Pasó algunos días en la cárcel cuando en una fiesta lo encontraron en posesión de drogas. Si entonces hubieran registrado su casa, habrían encontrado muchas más, así como su base de operaciones ilegales, pero esquivó la bala y se sintió intocable.

MDMA decomisado. (Imagen de referencia).
MDMA decomisado. (Imagen de referencia).

No sabía que tras su pista estaba también el FBI en los Estados Unido, uno de sus destinos principales en el envío de las cajas de DVD cargadas con anfetaminas y demás drogas de diseñador.

Una de esas cajas, que fue interceptada por los federales, tenía sus huellas dactilares, permitiendo que Slomp fuera identificado. Para entonces ya había caído Ultrich, y en Estados Unidos el FBI y la DEA estaban decididos a desmantelar todas las operaciones que usaban Silk Road.

También para entonces Slomp sentía que ya tenía suficiente dinero como para retirarse, además, estaba cansado de trabajar tanto, por lo que cuando alguien apareció ofreciéndole hacerse cargo de todo su negocio, no le pareció tan mala idea viajar a Estados Unidos para cerrar el trato.

Cayó en la trampa. Apenas tocó suelo estadounidense, un carro de la policía y unas esposas lo estaban esperando. Ni siquiera alcanzó a montarse en el Lamborghini que había reservado para irse de fiesta mientras estaba en el país americano.

En 2014 salió la sentencia contra Slomp y con ella se le puso fin al ‘capo’ más grande de Silk Road, el Pablo Escobar de la dark web.

Según documentos judiciales, en el año largo de su reinado, Slomp logró vender 104 kilogramos de MDMA, 566.000 pastillas de éxtasis, cuatro kilogramos de cocaína y “cantidades sustanciales” de anfetamina, LSD, marihuana, ketamina y Xanax.

En su tiempo en prisión le tocó vivir de primera mano las penurias de los presos estadounidenses. Los constantes traslados, los aislamientos y la soledad. Dice que el sistema penitenciario del país es una gran maraña burocrática y que piensa dedicarse a montar una consultora para ayudar a otros presos a navegarla.

A Slomp lo liberaron tras contagiarse de COVID-19 y estar un tiempo en la Unidad de Cuidados Intensivos.
A Slomp lo liberaron tras contagiarse de COVID-19 y estar un tiempo en la Unidad de Cuidados Intensivos.

No cree que vuelva a tener un trabajo normal, pues ¿quién lo contrataría? Sus antecedentes quedan mejor en el guión de una película que en una hoja de vida, y esa opción también está sobre la mesa pues está vendiendo su historia a varios estudios de cine. Es más, hace relativamente poco, en 2017, NPO, la cadena que transmitía el programa que lo hizo interesarse en Silk Road en primer lugar, hizo una película para televisión sobre el infame mercado de drogas de la dark web, aunque el resultado no gustó mucho a Slomp e hizo a sus abogados demandar al canal.

“La gente consumirá drogas pase lo que pase. Pero en Silk Road, sabían que eran de buena calidad. Hice que analizaran todas las sustancias”, dice Slomp en una entrevista concedida recientemente a Vice.

Puede que tenga razón, pues en cada historia de drogas hay un debate moral subyacente. Lo cierto es que aunque no llegara a matar a cientos de personas, como sí lo hizo el verdadero Escobar, este narco digital vendió tantas drogas para ganarse la comparación con el capo colombiano, y de paso, perder por eso nueve años de su vida en una cárcel.

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