Un tribunal ruso condenó el jueves a Liubov Sobol, principal aliada de Alexei Navalny, a un año de servicio comunitario por intentar ingresar a la casa de un presunto agente de seguridad que, según dijo el líder opositor, participó en envenenamiento.
Navalny dijo en diciembre que había engañado a un supuesto experto en armas químicas del Servicio Federal de Seguridad (FSB) para que admitiera que la agencia de inteligencia nacional había tratado de matarlo el verano pasado colocando veneno en su ropa interior.
Liubov Sobol, jurista de la ONG Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK, por sus siglas en ruso) creada por Navalny, ese mes fue a la casa del presunto agente y tocó el timbre de su puerta, luego de lo cual las autoridades rusas abrieron una investigación criminal contra ella por allanamiento “con el uso de la violencia o la amenaza de usarla”.
Un tribunal de Moscú dijo el jueves en su canal Telegram que le había dado una sentencia suspendida de “trabajo correccional por un período de un año”.
Agregó que el 10 por ciento de su salario iría al estado cada mes como parte de su castigo.
Sobol había llegado al tribunal con una camiseta blanca estampada con texto rojo que decía: “¿Dónde está la causa penal por el envenenamiento de Navalny?”.
Después de su sentencia, Sobol dijo en Twitter: “Mientras tanto, aún no se ha iniciado un caso sobre el intento de asesinato de Navalny”.
La portavoz de Navalny, Kira Yarmysh, agregó en la misma red social que el fallo no impedirá que Sobol vote en las elecciones parlamentarias este otoño.
Su abogado Vladimir Voronin dijo que ya había preparado una apelación al fallo.
La denuncia contra Sobol fue originalmente presentada por una mujer, que, según la prensa, es la suegra de Konstantín Kudriavtsev, un experto químico del FSB, cuya identidad había sido desvelada días antes por Navalny.
El líder opositor, que se hallaba en Alemania, publicó entonces un vídeo con una conversación telefónica en la que supuestamente Kudriavtsev desvela que la sustancia química utilizada para envenenarle fue rociada en el interior de uno de los calzoncillos del opositor en un hotel en la ciudad siberiana de Tomsk.
El FSB emitió un comunicado en el que tachó de “falsa” dicha conversación, que consideró una “provocación” orquestada con el fin de “desacreditar” al servicio de seguridad.
La conversación telefónica tuvo lugar horas antes de que el 14 de diciembre el medio digital Bellingcat, sus socios Der Spiegel y CNN, denunciaran junto a Navalny que un comando de expertos en armas químicas del FSB estaba implicado en su envenenamiento.
Navalny, quien fue detenido en Moscú en enero pasado a su regreso de Alemania y enviado a prisión para cumplir una pena anteriormente suspendida, acusó al presidente ruso, Vladímir Putin, de ordenar su asesinato.
El líder opositor fue recluido por un antiguo caso penal en una cárcel situada a unos 100 kilómetros al este de Moscú, donde desde el 31 marzo pasado se encuentra en huelga de hambre para exigir ser atendido por un médico de confianza debido al empeoramiento de su salud.
Un tribunal militar ruso rechazó el mes pasado su denuncia por la falta de una investigación criminal sobre su envenenamiento.
Navalny, sus aliados y su red regional enfrentan habitualmente redadas policiales y arrestos por sus actividades políticas.
Poco después de la sentencia de Sobol, la Fondo de Lucha contra la Corrupción de Navalny dijo en Twitter que sus oficinas regionales en la ciudad siberiana de Irkutsk se enfrentaban a una redada policial.
(Con información de AFP y EFE)
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