El presidente estadounidense Joe Biden y la canciller alemana Angela Merkel pidieron este miércoles de forma conjunta a Rusia que reduzca sus tropas en la frontera ucraniana, ante el aumento de la tensión en el terreno.
Durante una entrevista telefónica, ambos mandatarios acordaron que una recepción positiva por parte de Moscú contribuiría a permitir una “desescalada” de la situación, indicó el portavoz de Merkel en un comunicado.
Las declaraciones van en línea con aquellas hechas por los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países junto a sus contrapartes del G7, que el martes pidieron en un comunicado conjunto que Rusia “cesara sus provocaciones” y “redujera las tensiones” en la zona. “Estos movimientos de tropas a gran escala, sin notificación previa, representan actividades amenazantes y desestabilizadoras”, señalaron los jefes diplomáticos de las potencias junto al canciller europeo Josep Borrell.
En particular, pidieron al gobierno de Vladimir Putin que respete los principios y compromisos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que ha suscrito sobre la transparencia de los movimientos militares y que responda al procedimiento establecido en el Capítulo III (reducción de riesgos) del Documento de Viena sobre medidas destinadas a fomentar la confianza y la seguridad.
La acumulación en los últimos días de tropas y artillería rusa cerca de la frontera ucraniana y en la península de Crimea que, Moscú anexó en 2014, ha generado inquietud en los países occidentales. Durante una reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Viena, Estados Unidos aseguró que Rusia envió entre 15.000 y 25.000 soldados adicionales a las fronteras.
”Rusia tiene más tropas estacionadas en la frontera con Ucrania ahora que en cualquier otro momento desde 2014”, aseguró la representante de EEUU ante la OSCE, Courtney Austrian.
Las acciones también generaron una llamada telefónica entre Biden y Putin, en la que el mandatario norteamericano “enfatizó el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la soberanía e integridad territorial de Ucrania”, y propuso una cumbre entre los dos líderes en un tercer país “en los próximos meses”.
Durante esa llamada, Putin describió -según el Kremlin- los planteamientos de una solución política al conflicto ucraniano, basada en los acuerdos de Minsk de 2015 que Rusia pactó junto con Francia, Alemania y Ucrania, pero cuyo componente político nunca se aplicó.
La llamada entre ambos mandatarios se produjo cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, se reunía en Bruselas con altos funcionarios de las naciones de la OTAN, incluido el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el jefe de la alianza transatlántica, Jens Stoltenberg.
“Rusia debe poner fin a esta acumulación militar en Ucrania y sus alrededores, detener sus provocaciones y reducir la escalada de inmediato”, dijo Stoltenberg, calificando la concentración de tropas rusas como “injustificada, inexplicable y profundamente preocupante”.
El Secretario de Estado también se reunió con el jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, y ambos expresaron preocupación por el movimiento de tropas rusas, según un comunicado europeo.
Rusia, en tanto, aseguró que “nadie” quiere una guerra en Ucrania, pero advirtió a la OTAN que no se involucre más en la zona y acusó a los países occidentales de transformar la zona en un “polvorín”.
“Estados Unidos y otros países de la OTAN están convirtiendo deliberadamente a Ucrania en un polvorín”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov, citado por agencias de noticias rusas, y agregó que los países estaban aumentando sus suministros de armas a Ucrania.
“Si hay alguna circunstancia agravante, por supuesto que haremos todo lo posible para garantizar nuestra seguridad y la seguridad de nuestros ciudadanos, dondequiera que estén”, dijo Ryabkov.
Ucrania, que teme que el Kremlin busque un pretexto para atacarla, acusa a Rusia de concentrar más de 80.000 soldados cerca de su frontera oriental y en Crimea, anexionada por Moscú en 2014. Según las últimas estimaciones, unos 41.000 soldados rusos se encuentran al este de Ucrania, declaró el lunes a la AFP la portavoz presidencial Yulia Mendel. En Crimea, 9.000 soldados se añadieron recientemente a los 33.000 ya presentes, añadió.
El presidente ucraniano,Volodomir Zelenski, solicitó una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el 26 de marzo, pero aún no ha recibido respuesta, dijo Mendel.
Las fuerzas ucranianas han estado batallando contra rebeldes separatistas prorrusos, organizados en las Repúblicas Populares de Donetsk y la Lugansk (no reconocidas por la comunidad internacional), desde el 2014 cuando Rusia invadió y se anexó la Península de Crimea y comenzó a dar apoyo a los separatistas en la región. Más de 14.000 personas han fallecido en el conflicto y hasta ahora han fracasado los intentos de llegar a una solución negociada.
Con información de AFP y EFE
SEGUIR LEYENDO: