El Gobierno francés anunció este martes la suspensión de los vuelos procedentes de Brasil para intentar evitar la expansión de la cepa brasileña del coronavirus.
“Hemos decidido suspender hasta nueva orden todos los vuelos entre Brasil y Francia”, anunció el primer ministro, Jean Castex, en un debate en la Asamblea Nacional sobre medidas de control sanitario.
Actualmente, todos los pasajeros que llegan procedentes de Brasil tienen que alegar un motivo de imperiosa necesidad que justifique su viaje, mostrar una prueba PCR con resultado negativo realizada en las últimas 72 horas y hacerse un test de antígenos en el aeropuerto francés de llegada.
La situación sanitaria en Brasil no cesa de agravarse desde febrero, debido a la aparición de una variante del virus que se originó en el gigante sudamericano, conocida como P1, considerada más contagiosa y peligrosa.
Aunque en Francia la variante brasileña sigue siendo minoritaria, los profesionales de salud alertan desde hace unos días de la propagación de esta cepa y la oposición exigía que el gobierno interrumpiera los vuelos con el país sudamericano.
“Al principio puede parecer inofensivo, pero luego puede aumentar muy rápidamente”, señala el epidemiólogo Antoine Flahaut en las columnas del diario Le Parisien.
Antes de la decisión de Francia, la Comisión Europea había recordado que, desde el pasado enero, recomienda limitar a “viajes esenciales” el flujo de personas provenientes de Brasil o de otras regiones afectadas por nuevas cepas de coronavirus, como la sudafricana.
“La Comisión se tomó estas variantes muy en serio desde principios de año” y apoya “la idea de tener un enfoque europeo más fuerte en cuanto a las regiones” de forma que se limiten los desplazamientos “solo a viajes esenciales” desde aquellas zonas con nuevas cepas, indicó en rueda de prensa el portavoz comunitario de Interior, Adalbert Jahnz.
Además, los viajeros “deberían de ser sometidos a medidas mucho más severas que antes cuando vienen de estas regiones con variantes” como cuarentenas obligatorias, añadió.
La Comisión respondió así a las preguntas de la prensa sobre el peligro que pueda representar la llegada de nuevas variantes a la Unión Europea, y en particular de la cepa brasileña, que parece estar generando un aumento de casos en el continente americano y de la que ya se han detectado infecciones en el bloque europeo.
El Consejo, institución donde están representados los países, adoptó el pasado febrero una “recomendación” en la que instaba a los Estados a aplicar un estricto esquema para discriminar los flujos de personas con terceros países en función de su situación epidemiológica.
Recomendaba, entre otras medidas, restringir las entradas de viajeros de áreas con más de 25 casos nuevos de COVID-19 por cada 100.000 habitantes durante los últimos 14 días y más de 300 pruebas por cada 100.000 habitantes en los 7 días anteriores y “en particular si se han detectado variantes preocupantes del virus”.
(Con información de AFP y EFE)
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