Las autoridades rusas amenazan con alimentar por la fuerza al opositor Alexei Navalny, en huelga de hambre en el centro penitenciario donde se encuentra detenido, indicó el lunes su cuenta oficial Twitter manejada por su equipo.
“Pesa 77 kilos”, es decir ocho menos desde que empezó la huelga del 31 de marzo, señaló la cuenta @navalny, agregando que “visto lo serio de la huelga de hambre, la administración (penitenciaria) lo amenaza a diario con alimentarlo por la fuerza”.
Navalny, que apenas sobrevivió a una intoxicación con el agente nervioso Novichok en agosto pasado, comenzó a rechazar la comida en protesta por lo que dijo era la falta de tratamiento médico adecuado en la prisión por dolor de espalda severo y entumecimiento en las piernas.
La semana pasada fue trasladado a la enfermería tras detectarle síntomas de una enfermedad respiratoria, aunque él se niega a ser tratado por un médico del centro penitenciario número dos de la región de Vladímir, a unos 100 kilómetros al este de Moscú, en el que le encerraron el 11 de marzo pasado.
Los aliados del político dijeron este lunes que Navalny fue trasladado de regreso al cuartel de la prisión desde su enfermería y que “todavía no permiten que un médico lo vea”,
Sus aliados, que intentaron acceder ayer en compañía de varios sanitarios a la prisión para examinarle, sospechaban que había contraído el coronavirus, pero la prueba de covid-19 que le realizaron dio negativo. También dijeron que estaba perdiendo sensibilidad en sus manos.
Amnistía Internacional denunció que las autoridades rusas están sometiendo al político a “una muerte lenta” y su secretaria general, Agnes Callamard, se dirigió al presidente ruso, Vladímir Putin, al que exigió que Navalni sea tratado por sus médicos de confianza.
Navalny, el oponente más conocido del presidente Vladimir Putin, fue arrestado a mediados de enero cuando regresó a Rusia desde Alemania, donde había sido tratado por el envenenamiento, y fue sentenciado a dos años y medio de prisión por antiguos cargos de malversación de fondos en febrero.
El líder opositor, que ya estuvo en coma en agosto de 2020 tras ser envenenado con un agente químico, ha acusado al presidente ruso de haber ordenado su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
Los abogados y aliados de Navalny exigen que sea trasladado a un hospital regular. El Kremlin ha dicho que Navalny no tiene derecho a ningún trato especial.
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