Los ministros de Exteriores del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos) y el alto representante de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, se mostraron “profundamente preocupados” este lunes por la gran concentración en curso de fuerzas militares rusas en las fronteras con Ucrania y en Crimea, “anexionada ilegalmente” en 2014.
“Estos movimientos de tropas a gran escala, sin notificación previa, representan actividades amenazantes y desestabilizadoras”, señalaron los jefes de la diplomacia europea y de los países del G7 en una declaración conjunta.
Asimismo, hicieron un llamamiento a Rusia para que “cese sus provocaciones y reduzca inmediatamente las tensiones” de conformidad con sus obligaciones internacionales.
En particular, pidieron al gobierno de Vladimir Putin que respete los principios y compromisos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que ha suscrito sobre la transparencia de los movimientos militares y que responda al procedimiento establecido en el Capítulo III (reducción de riesgos) del Documento de Viena sobre medidas destinadas a fomentar la confianza y la seguridad.
Los ministros del G7 y el alto representante de la UE recordaron su última declaración del 18 de marzo, en la que reafirmaron su “apoyo inquebrantable a la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente” y apoyaron la postura “moderada” de Ucrania.
El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitri Kuleba, se reúne este martes con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en Bruselas, unos días después de decir a la agencia EFE que el ingreso de su país en esta alianza es la única garantía sólida de seguridad en Europa, en medio de la tensión con Rusia.
Los jefes de las diplomacias europea y de los países del G7 subrayaron por su parte el “fuerte” reconocimiento y “apoyo continuo” a los esfuerzos de Francia y Alemania a través del Proceso de Normandía para asegurar la plena implementación de los acuerdos de Minsk, que es el “único camino a seguir para una solución política duradera al conflicto”.
Además, instaron a todas las partes a participar de manera constructiva en el Grupo de contacto trilateral sobre las propuestas de la OSCE para confirmar y consolidar el alto el fuego.
El Kremlin aseguró la víspera que “nadie” pretende ir a la guerra con Ucrania, después de que ese país denunciara un aumento de la presencia militar rusa en la frontera y un incremento de la tensión en el Donbás, donde desde 2014 se enfrentan el Ejército ucraniano y los separatistas prorrusos.
Un total de 26 soldados ucranianos han muerto a manos de los separatistas respaldados por Rusia en el Donbás en lo que va de año, pese a un alto el fuego en vigor en el este de Ucrania, el último un militar de 24 años el sábado.
El sábado Kiev solicitó una reunión de la (OSCE) para que Rusia explicara el incremento de su presencia militar en la frontera con Ucrania, pero Moscú declinó participar, según fuentes diplomáticas.
Ucrania, que teme que el Kremlin busque un pretexto para atacarla, acusa a Rusia de concentrar más de 80.000 soldados cerca de su frontera oriental y en Crimea, anexionada por Moscú en 2014. Según las últimas estimaciones, unos 41.000 soldados rusos se encuentran al este de Ucrania, declaró el lunes a la AFP la portavoz presidencial Yulia Mendel. En Crimea, 9.000 soldados se añadieron recientemente a los 33.000 ya presentes, añadió.
Frente al recrudecimiento de los enfrentamientos, el presidente ucraniano,Volodomir Zelenski, solicitó una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el 26 de marzo, pero aún no ha recibido respuesta, dijo Mendel.
Además, Zelenski viajó días atrás a la frontera y visitó las trincheras.
Las fuerzas ucranianas han estado batallando contra rebeldes separatistas prorrusos, organizados en las Repúblicas Populares de Donetsk y la Lugansk (no reconocidas por la comunidad internacional), desde el 2014 cuando Rusia invadió y se anexó la Península de Crimea y comenzó a dar apoyo a los separatistas en la región. Más de 14.000 personas han fallecido en el conflicto y hasta ahora han fracasado los intentos de llegar a una solución negociada.
Con información de EFE y AFP
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