Las fuerzas de seguridad de Myanmar lanzaron este viernes artefactos explosivos en la ciudad de Bago, a unos 50 kilómetros al norte de Rangún, contra los manifestantes que expresaban su rechazo al golpe de Estado militar, mientras continúan las condenas de la comunidad internacional contra la represión.
Un residente declaró al portal de noticias Myanmar Now que las fuerzas de seguridad “han estado disparando con armas pesadas” desde la madrugada contra un grupo de manifestantes, luego de que el jueves al menos dos personas murieran en la ciudad a raíz de la represión de las autoridades.
El medio acompañó la información con una serie de fotografías donde se aprecia un proyectil, que podría tratarse de un trozo de mortero.
Por su parte, el diario The Irrawaddy informó que las fuerzas de seguridad utilizaron artillería para atacar la línea de barricas instaladas por los manifestantes en Bago, sin que se haya confirmado el número de víctimas.
En un vídeo publicado en las redes sociales se escucha el sonido de una serie de explosiones antes del amanecer, acompañados de disparos, mientras el activista birmano Ro Nay San Lwin asegura que la actuación de los uniformados ha dejado nuevos muertos y heridos.
Al menos 614 personas han perdido la vida desde el levantamiento militar del 1 de febrero por la brutal represión de las fuerzas de seguridad, según los datos verificados por la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).
“Hace dos meses, el 9 de febrero, Mya Thwe Thwe Khine recibió un disparo mientras se guarecía bajo un autobús durante las protestas en Naipyidó. Tenía 19 años. Desde entonces, más de 600 civiles han sido asesinados en Myanmar, muchos de ellos por manifestarse en favor de la democracia y la libertad”, denunciaron este viernes en un comunicado conjunto una decena de embajadas en Myanmar, entre ellas la de España y otros países de la Unión Europea.
A pesar de la violencia e intimidación de las autoridades, el movimiento de disidencia civil continúa y este viernes centenares de personas salieron en moto a recorrer las calles de Mandalay, la segunda ciudad más habitada, con proclamas en rechazo de los militares.
Además, el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará este viernes una reunión informal para analizar la crisis en Myanmar.
La cita, presidida por el Reino Unido, se llevará a cabo bajo la “Fórmula Arria” que permite una discusión informal entre los miembros del Consejo de Seguridad e invitados que se ven afectados por el tema que se aborda.
Naciones Unidas informó también de que su enviada para Myanmar, Christine Schraner, viajará esta semana a la región, con visitas en Bangkok y posiblemente a otras capitales, mientras continúa tratando de recibir autorización para entrar al país en crisis.
Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, considerados legítimos por los observadores internacionales y en los que arrasó el partido de Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.
(Con información de EFE)
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