La conmovedora experiencia de soldados israelíes que viajaron en misión humanitaria a Guinea Ecuatorial tras las explosiones en un depósito militar

Galit Binder y Yigal Checnick, quienes se desempeñan en la unidad médica de las Fuerzas de Defensa de Israel, hablaron con Infobae sobre la dramática situación que se encontraron en los hospitales del país africano tras los estallidos en una base militar de la ciudad de Bata

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Israel envió a Guinea Ecuatorial
Israel envió a Guinea Ecuatorial una delegación de 67 médicos

El pasado 7 de marzo Guinea Ecuatorial sufrió cuatro explosiones en una base militar ubicada en el barrio de Nkoa Ntoma, en la ciudad de Bata, que dejaron 108 muertos y más de 600 heridos. Tras lo sucedido, que también provocó daños importantes en casas y edificios, varios países de la comunidad internacional ofrecieron ayuda a la nación africana. Uno de ellos fue Israel, que dos días después de las explosiones envió una delegación que incluyó médicos de cuidados intensivos, pediatras y otros especialistas médicos.

En diálogo con Infobae, dos miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que viajaron a Guinea contaron cómo fue la conmovedora experiencia y brindaron detalles de las labores que realizaron para ayudar a las autoridades locales.

La soldado Galit Binder, quien lleva 20 años en las FDI como enfermera y especialista en unidades de cuidados intensivos, contó que la primera misión que tuvieron al llegar al país era distribuir a los 67 miembros de la delegación en tres hospitales locales para ayudar a tratar a los cientos de heridos.

“Pero rápidamente entendimos que necesitaban nuestro apoyo en otras misiones como en la apertura de clínicas en pueblos locales, en la identificación de 24 cuerpos que no pudieron ser identificados, y en cursos de capacitación a la población local”, indicó.

El teniente coronel Yigal Checnick,
El teniente coronel Yigal Checnick, a su llegada a Guinea Ecuatorial

Lo primero que se encontraron al arribar a Bata fue un gran número de heridos: “Hombres, mujeres, soldados, y lamentablemente muchos niños y bebés”.

“Es imposible recordarlos a todos, pero todas y cada una de las personas que tratamos se quedarán conmigo”, afirmó el teniente coronel Yigal Checnick, quien se desempeña como oficial médico en las Fuerzas de Defensa de Israel.

“Cuando sonó mi teléfono un martes por la tarde aparentemente normal, me llamaron para que me uniera a las filas de una delegación de las FDI para aliviar la carga médica de Guinea Ecuatorial tras su crisis. Menos de 48 horas después de esta llamada, me encontré con mi uniforme, junto a aproximadamente 60 de mis colegas, corriendo hacia el hospital cercano para recibir nuestra información”, continuó su relato.

Checnick reconoció haberse sentido profundamente “abrumado” al ver a “decenas de niños heridos, ancianos, y muchas otras personas que yacían en camas, sin apenas equipos médicos modernos, ni personal para tratar sus heridas”.

Lo primero que hizo la delegación israelí fue hacer una evaluación de la situación general de los pacientes y determinar quiénes requerían atención médica de forma más inmediata.

Las explosiones en una base
Las explosiones en una base militar provocaron grandes daños y destrozos en Bata (REUTERS/Jose Luis Abecara Aguesomo)

Checnick reconoció que entre la gran cantidad de heridos se destacaba un “rostro”: “Era una mujer joven, sentada en un rincón de una de las habitaciones, con las piernas hinchadas, y un silencio inquietante. Nos dijeron que llevaba una semana allí sin recibir ningún tratamiento. Intentamos hablar con ella, pero no hablaba español, sino una lengua local que ninguno de nosotros podía entender”.

Lo joven tenía la rodilla derecha rota, y la otra con una fuerte herida. Además, sufría graves infecciones.

“Me aseguré de que la trasladaran a un hospital privado cercano (”Lapaz”), y seguí con mi trabajo. La suerte quiso que al día siguiente visitara Lapaz y la viera de nuevo. Tenía fiebre y había sufrido una grave pérdida de sangre. Yo, con la ayuda del equipo israelí, le di una transfusión de sangre y antibióticos que trajimos de casa, y un tratamiento para salvar sus heridas. Después de la operación, la enviaron a la sala de recuperación”, relató el teniente coronel.

Hoy en día la joven sigue su recuperación, y ya se encuentra fuera de peligro. Pese a ser un militar con gran experiencia en este tipo de casos, Checnick aseguró que esta experiencia lo marcó de por vida: “Aunque he vivido muchas cosas en estos últimos días, tratando a tantas personas y conociendo esta tierra extraña y exótica, hay algo en esa niña que siempre se quedará conmigo”.

Binder reconoció, por su parte, que antes de llegar a Guinea pensaron que el coronavirus dificultaría las tareas de asistencia. “Pero hay tantas infecciones y enfermedades, como el sida y la tuberculosis, que el covid-19 fue el menor problema de este pueblo”, aseveró.

Las explosiones dejaron al menos
Las explosiones dejaron al menos 107 muertos en Guinea Ecuatorial (REUTERS/Jose Luis Abecara Aguesomo)

La soldado israelí también sostuvo que esta experiencia en Guinea “fue muy diferente” a todas las anteriores en las que participó. Según reconoció, el reciente nacimiento de su primera hija le provocó una emoción diferente a las anteriores a la hora de atender “a niños que han perdido a sus padres, o a padres que han perdido a sus hijos”: “Se siente diferente cuando enfrentas eso como madre primeriza”.

Israel es uno de los principales países que suele enviar equipos médicos y de búsqueda y rescate a naciones afectadas por desastres naturales o diferentes accidentes.

Semanas después de que los explosivos denotaran accidentalmente en un campamento militar en Guinea Ecuatorial, matando a decenas de civiles que vivían en las cercanías, los sobrevivientes dependen de ayudas benéficas.

Aunque la cifra oficial indica que fueron 107 los muertos, Human Rights Watch consideró que la cifra real puede ser mucho mayor.

El gobierno de Teodoro Obiang dijo que había destinado 10.000 millones de francos CFA (15 millones de euros, 18 millones de dólares) en ayuda de emergencia. Pero los sobrevivientes dicen que no han recibido nada.

Los que se han quedado entre las casas destruidas luchan por rehacer sus vidas. Algunos sufrieron daños que apenas pueden reparar. Mientras, la policía vigila las entradas y salidas, mientras las excavadoras siguen retirando los enormes escombros.

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