La salud del crítico del Kremlin Alexei Navalny se está deteriorando mientras mantiene su huelga de hambre en prisión, dijeron sus abogados el miércoles. La administración del presidente estadounidense Joe Biden dijo que está “perturbada” por los informes.
El opositor más prominente del presidente Vladimir Putin, que cumple una condena de dos años y medio por cargos de presunta malversación de fondos, inició una huelga de hambre para exigir un tratamiento médico adecuado para el dolor de espalda severo y entumecimiento en sus piernas.
Los miembros del equipo de defensa de Navalny, que lo visitaron en su recinto penal en la ciudad de Pokrov a 100 kilómetros al este de Moscú, dijeron que ahora está perdiendo la sensibilidad en las manos y tosiendo mientras se niega a comer.
“Se ve mal, no se siente bien”, dijo la abogada Olga Mikhailova a la AFP, y agregó que Navalny ahora pesa “alrededor de 80” kilogramos.
Navalny, que mide 189 centímetros, pesaba 93 kilogramos cuando llegó a su colonia penal el mes pasado.
“Nadie lo va a tratar”, agregó Mikhailova.
Los abogados y aliados de Navalny exigen que sea trasladado a un hospital “normal”, pero el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha dicho que Navalny no tiene derecho a ningún tratamiento especial.
Otro miembro del equipo de políticos de la oposición, Vadim Kobzev, dijo que Navalny, de 44 años, estaba perdiendo un kilo por día.
- Casa Blanca ‘perturbada’ -
En Twitter, Kobzev dijo que Navalny sentía dolor al caminar y que ahora también sentía entumecimiento en las manos, además de dolor de espalda y pérdida de sensibilidad en las piernas.
“Está claro que su enfermedad está empeorando”.
En Washington, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo: “Nos preocupan los informes de que la salud del señor Navalny está empeorando”.
Psaki agregó que Washington considera el encarcelamiento de Navalny “por motivos políticos y una gran injusticia”.
El trato de Rusia a Navalny es uno de los muchos puntos conflictivos entre la nueva administración de Biden y el Kremlin, junto con las preocupaciones sobre las acciones de Moscú en Ucrania, la supuesta interferencia en las elecciones estadounidenses y las supuestas recompensas a las tropas estadounidenses en Afganistán.
El enfoque duro contrasta con el del ex presidente Donald Trump, quien expresó su admiración por su homólogo Putin incluso cuando su administración siguió agregando sanciones.
Después de la visita de sus abogados, Navalny publicó una nueva publicación en Instagram, diciendo que los funcionarios de la prisión le estaban poniendo dulces en los bolsillos y friendo pollo para burlarse de él.
Dijo que los funcionarios aún se negaban a decirle su diagnóstico y no permitían que lo tratara un médico de su elección.
- ‘Batalla épica’ -
Navalny dijo que decenas de miles de personas, tanto dentro como fuera de las cárceles rusas, están “literalmente muriendo sin ayuda médica” y ese pensamiento aumentó su determinación.
“No son conocidos, nadie los defenderá, nadie pensará en ellos, nadie desafiará este sistema engañoso e inhumano en su nombre”, escribió Navalny.
A principios de esta semana, Navalny dijo que tenía tos y fiebre y que tres miembros de su unidad penitenciaria habían sido hospitalizados con tuberculosis.
Navalny fue arrestado en enero después de regresar de Alemania, donde pasó meses recuperándose de un ataque de envenenamiento con el agente nervioso Novichok del que culpa al Kremlin.
Está cumpliendo una sentencia de dos años y medio por supuestamente violar los términos de libertad condicional de una sentencia suspendida por cargos de fraude anteriores.
Los defensores de los derechos humanos dicen que el recinto penal de Pokrov es conocida por sus condiciones especialmente duras, y el propio Navalny lo ha llamado un “campo de concentración”.
(Con información de AFP)
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