Los fiscales del Distrito Sur de Nueva York que llevan el caso de Ghislaine Maxwell, presunta proxeneta del multimillonario Jeffrey Epstein que enfrenta cargos por tráfico de personas, respondieron a las quejas de la detenida por maltrato en la cárcel con un extenso documento presentado el martes, contrarrestando sus afirmaciones y acusándola de sucia.
La británica se encuentra detenida en el Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn, Nueva York, por cargos relacionados con Epstein, que se suicidó en su celda mientras esperaba su propio juicio en agosto de 2019. En un intento por liberar a Maxwell bajo fianza mientras llega su juicio, que está programado para comenzar en julio, los abogados se quejaron recientemente de las “horribles condiciones” de su clienta en la cárcel.
Dijeron que a Maxwell “la mantuvieron despierta toda la noche para asegurarse de que no se suicidara” y que estaba “atrapada en un confinamiento solitario de facto” debido a las medidas de seguridad por COVID-19. El equipo legal también denunció de que su clienta no recibía suficiente comida y que los alimentos que recibía no estaban calentados correctamente, “haciendo que la comida no sea comestible”.
“Las condiciones generales de detención han tenido un impacto perjudicial en la salud y el bienestar general de la Sra. Maxwell; y se está debilitando hasta convertirse en un caparazón de lo que era antes: perdió peso, su cabello y su capacidad de concentración”, escribió el abogado Bobbi C. Sternheim en una carta al tribunal el 16 de febrero.
Los fiscales respondieron a las quejas en una carta propia, abordando cada punto, según documentos judiciales obtenidos por el sitio Insider. Indicaron que a Maxwell se le permite salir de su celda todos los días de 7 a.m. a 8 p.m. y tiene la opción de salir a hacer ejercicio. Y agregaron que incluso con las precauciones por la pandemia, ha podido reunirse con sus abogados en persona, aunque han decidido hacer solo videoconferencias.
En cuanto a la afirmación de Maxwell de que no puede dormir, los fiscales dijeron que los guardias deben vigilarla cada 15 minutos durante la noche, pero ella usa una máscara para dormir y señalan que “duerme durante estos controles de bienestar nocturnos”.
También indicaron que Maxwell miente sobre su estado físico ya que ha sido evaluada por los médicos como “físicamente sana” y ha mantenido un peso normal durante su estadía en el centro de detención. El personal penitenciario tampoco “ha observado que la acusada haya experimentado una pérdida de cabello notable”.
Además, los fiscales sugirieron que Maxwell tiene la culpa de algunas de las condiciones en las que vive. En una nota a pie de página, detallaron cómo el personal le había pedido que limpiara su celda ya que un momento estaba “muy sucia”.
“Entre otras cosas, el personal notó que la acusada con frecuencia no tiraba de la cadena del inodoro después de usarlo, lo que hacía que la celda oliera mal”, indicaron.
Las autoridades le han negado Maxwell la posibilidad de salir de prisión bajo fianza en tres ocasiones, la última de ellas el 22 de marzo, tras ser arrestada en julio de 2020.
Maxwell se enfrenta a una serie de cargos que incluye el de de tráfico de menores y el de incitación a la prostitución entre 1994 y 1997, así como de mentir bajo juramento en 2016 en un procedimiento civil. De ser hallada culpable, podría ser sentenciada a cadena perpetua.
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