Medios rusos afines al Kremlin desataron una ofensiva para contraatacar a las recientes acusaciones del opositor ruso Alexei Navalny, que denunció malos tratos en prisión, rebatiendo sus argumentos y presentando la colonia penitenciaria donde se halla recluido como “ejemplar”.
Alexei Navalny, de 44 años, anunció la semana pasada que se ponía en huelga de hambre para conseguir atención médica para tratar los fuertes dolores de espalda que afirma padecer, así como una pérdida de sensibilidad en las piernas.
Pero el portal Life.ru, conocido por sus fuentes dentro de los servicios de seguridad, difundió un video grabado por una cámara de vigilancia de la colonia penitenciaria en la que está detenido el activista anticorrupción.
En las imágenes, se ve a un hombre parecido a Navalny, vestido con un uniforme azul y con la cabeza rapada, caminando por lo que parece ser un dormitorio. El video está fechado el 26 de marzo, dos semanas después de su ingreso y un día después de que anunciara que su salud estaba empeorando.
“A juzgar por el video, lo único que no siente son remordimientos y miedo a que sus mentiras sean expuestas”, afirma, irónicamente, el artículo que acompaña el video.
Alexei Navalny, que el año pasado sobrevivió a un envenenamiento, fue condenado a dos años y medio de cárcel por fraude en un caso que se remonta a 2014. El opositor comparó el centro penitenciario con un “campo de concentración” y acusó a sus guardianes de torturarle, despertándole ocho veces cada noche.
Para rechazar estas acusaciones, la televisión pública rusa mostró un video en el que se ve a Navalny durmiendo.
La espía periodista
Por otro lado, un equipo de la cadena de televisión pública rusa RT acudió a la colonia penitenciaria para filmarla. El equipo está dirigido por Maria Butina, conocida por haber estado encarcelada cerca de 18 meses en Estados Unidos tras haber intentado infiltrarse en círculos políticos.
En el servicio de mensajería Telegram, Butina aseguró que Navalny “tenía un aspecto completamente normal”. Además, añadió que la colonia penitenciaria, “casi ejemplar [...] se parece a un campamento de pioneros” y que los otros detenidos se quejaron del comportamiento de Navalny.
“Deberían pasar tiempo en una cárcel estadounidense”, dijo irónicamente Butina ante las cámaras.
Negativo al covid
Los aliados de Navalny denuncian que los servicios penitenciarios están “matando lentamente” al político. La preocupación de sus partidarios es aún mayor ya que el opositor sobrevivió por poco a un envenenamiento en agosto, cuya responsabilidad imputa al Kremlin.
El martes, varios de sus partidarios, incluidos médicos, fueron detenidos frente a su colonia penitenciaria, adonde había llegado para pedir información sobre el estado del activista.
Según informó este lunes el diario Izvestia, Navalny fue trasladado a la enfermería de la prisión con fiebre alta -más de 38 grados- y síntomas de enfermedad respiratoria. El mismo día, Navalni comunicó en redes sociales que tres de sus compañeros de barracón habían sido diagnosticados con tuberculosis.
Sin embargo, este miércoles, Navalny ha dado negativo por coronavirus en un primer test, afirmó su abogada, Olga Mijailova. La abogada también dijo que el político comenzó a sentir entumecimiento en sus manos.
“Continúa experimentando dolor en la espalda, en la pierna, además de todo lo demás que pierde sensibilidad, además de las piernas, sus manos ahora también están involucradas”, dijo Mijailova.
Hoy Izvestia informó de que los chequeos médicos realizados a Navalny también descartaron que tuviera tuberculosis.
Según conclusiones preliminares, el empeoramiento de la salud del político se debe a una infección respiratoria aguda.
Las fuentes del diario ruso indicaron que Navalny se encuentra bajo observación médica pero se niega a tomar medicamentos. Según el abogado, el médico de la colonia penal cree que a Navalny se le debe recetar el diclofenaco y el ácido nicotínico. El opositor considera que este tratamiento es inadecuado y sigue requiriendo un examen por parte de un médico independiente.
Según su abogada, la cárcel carece de enfermeros y médicos y afirmó que su cliente pesaba la víspera 80 kg frente a 93 cuando llegó al campo de Pokrov y 85 al iniciarse la huelga de hambre.
Navalny regresó a Rusia en enero tras cinco meses de convalecencia en Alemania y fue inmediatamente detenido y luego condenado a dos años y medio de cárcel por un viejo asunto de fraude que considera como político.
La cárcel de Pokrov tiene fama de ser uno de los más duros centros penitenciarios de Rusia y algunos la comparan con un “campo de concentración”.
Navalny se expresa con frecuencia por las redes sociales sin que se sepa como salen esos mensajes del penitenciario.
Desde el regreso de Navalny a Rusia, sus partidarios enfrentan una creciente represión.
El martes, un tribunal condenó a una de sus más leales aliadas, Liubov Sobol, a una multa de 5.500 euros por haber “difamado” a un allegado del presidente Vladimir Putin, el empresario Evguéni Prigojine.
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