Vergüenza. Esa es la palabra que acompaña, y se repite por estas horas, las imágenes que llegan desde Ankara, Turquía, donde se muestra el desprecio que Recep Tayyip Erdogan ofreció hacia la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Con un protocolo lejos de lo normal, el líder del régimen turco optó por sentar a su lado a un oficial de idéntico rango que la alemana y a ella en un sillón apartado, lo que fue considerado como un acto premeditadamente machista.
“La presidenta (von der Leyen) estaba claramente sorprendida, y eso se puede ver en el video, pero permítanme aclarar que, por muy sorprendida que se haya sentido, eligió -y creo que fue el enfoque correcto- priorizar la sustancia sobre las cuestiones de forma o protocolo, y eso es ciertamente lo que los ciudadanos europeos habrían esperado de ella. No es mi trabajo juzgar qué hay detrás del hecho de que le ofrecimos un tipo de asiento sobre otro“, indicó Eric Mamer, vocero de la Comisión Europea.
El Gobierno turco no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios hecha por la agencia de noticias Reuters. Tiempo atrás, en otro encuentro, se proporcionaron tres sillas cuando el presidente turco visitó Bruselas para conversar con los jefes de la Comisión y el Consejo Europeo, que representan colectivamente a los 27 estados miembros del bloque.
Mamer dijo que von der Leyen decidió enfatizar la sustancia sobre la forma, y en la conversación mencionó los derechos de las mujeres y la Convención de Estambul sobre la violencia contra las mujeres, de la que Turquía se retiró el mes pasado.
El portavoz enfatizó en que el hecho sirvió para que von der Leyen insistiera en “la retirada de Turquía del Convenio de Estambul y los derechos de las mujeres. La presidenta de la Comisión discutió sobre todas las áreas de cooperación con Turquía de forma extensa, y pudo expresarse extensamente en la conversación. La mejor respuesta que puedes dar en estos casos es lo que ella hizo: permanecer en la reunión y participar de su protagonismo”.
Los lazos entre Bruselas y Ankara se han tensado desde que un intento de golpe de Estado en 2016 provocó una represión de los derechos civiles en Turquía, pero ahora están probando un acercamiento cauteloso. Es por tal motivo que representantes de la Unión Europea se reunieron el martes con Erdogan, poco después de que él ofreció gestos conciliatorios y la UE accedió a incrementar el comercio y la cooperación en el tema migratorio con Ankara.
La visita de la presidenta de la Comisión Europea y del presidente del Consejo Europeo Charles Michel ocurre poco después de que líderes de la UE accedieron a ofrecer incentivos a Turquía pese a los retrocesos del país en democracia, derechos humanos y las disputas marítimas en el Mediterráneo por el tema energético.
Entre los temas en la agenda están las exigencias turcas de que la UE haga más para apoyar a los millones de refugiados sirios que han llegado a Turquía, que se actualice un pacto aduanero y que se flexibilicen los requerimientos de visados para turcos en la UE. Formalmente, Turquía sigue siendo candidato para ingresar a la UE, pero su solicitud está en pausa.
Los gestos conciliatorios de Erdogan ocurren luego de un incremento en las tensiones el año pasado debido a la decisión de Turquía de abstenerse de detener el cruce de migrantes hacia Grecia y por el envío de buques a aguas que reclaman Grecia y Chipre. La UE declaró el mes pasado que estaba dispuesta a “dialogar con Turquía de manera gradual, proporcional y reversible para incrementar la cooperación en varios temas de interés común”.
El bloque se declaró dispuesto a fortalecer un acuerdo firmado en 2016 según el cual Turquía debe tratar de impedir que los migrantes crucen a Europa a cambio de ayuda y otros tipos de cooperación. Además, se le asignó a la Comisión Europea que explore maneras de ayudar económicamente a los 4 millones de refugiados sirios en Turquía, así como los que están en Jordania y el Líbano.
El pacto entre la UE y Turquía redujo el flujo de migrantes a las islas griegas, que están cerca de la costa occidental de Turquía. Según el convenio, la UE ofreció a Ankara 6.000 millones de euros (7.100 millones de dólares) para ayuda a refugiados y otros incentivos para evitar que más gente salga de Turquía rumbo a Europa.
(Con información de Reuters y AP)
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