La Universidad de Oxford indicó el martes que detuvo la administración de dosis a de la vacuna contra el COVID-19 que desarrolló junto a AstraZeneca a menores de edad, a la espera de más información sobre problemas raros de coagulación sanguínea (trombosis) en adultos que la han recibido.
La decisión coincide con las declaraciones de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) después de que uno de sus voceros confirmara “un vínculo” entre la vacuna de AstraZeneca y las trombosis registradas entre personas que recibieron esa vacuna.
“Ahora lo podemos decir, está claro que hay un vínculo con la vacuna, que provoca esa reacción. Sin embargo, aún no sabemos por qué (...) En resumen, en las próximas horas vamos a decir que existe un vínculo, pero tenemos aún que entender por qué sucede”, aseguró Marco Cavaleri, responsable de estrategia de las vacunas de EMA.
El ensayo pediátrico dirigido por Oxford comenzó a mediados de febrero y busca probar la vacuna en más de 200 jóvenes de entre 6 y 17 años.
Un vocero de Oxford citado por The Wall Street Journal dijo el martes que hasta el momento no surgió un problema de seguridad en el ensayo en sí, pero hay preocupaciones generales por los problemas raros de coagulación en adultos vacunados. De hecho, el tema provocó más revisiones regulatorias en el Reino Unido y en Europa para investigar cualquier vínculo potencial con la vacuna.
“Si bien no hay preocupación en torno a la seguridad del ensayo clínico pediátrico, esperamos las informaciones complementarias del MHRA (la agencia reguladora británica)”, explicó la universidad.
En efecto, Oxford se encuentra a la espera de más información del organismo de control de medicamentos del Reino Unido, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios, antes de continuar con el ensayo pediátrico.
Esta interrupción en el estudio con menores es el último revés para la inyección de Oxford-AstraZeneca, que actualmente enfrenta interrogantes sobre su eficacia y posibles efectos secundarios, incluso cuando ya se han administrado decenas de millones de dosis tras la aprobación en más de 70 países.
El estudio pediátrico, financiado por el Instituto Nacional de Investigación en Salud del Reino Unido y AstraZeneca, buscaba inscribir a 300 voluntarios en Oxford, Londres y otros dos sitios del Reino Unido, de los cuales 200 recibirían la vacuna y el resto un placebo, dijo Oxford.
La vacuna Oxford-AstraZeneca, un pilar de la campaña de inoculación masiva del Reino Unido, está autorizada para su uso generalizado en el país entre adultos mayores de 18 años.
Desde hace varias semanas han surgido sospechas sobre posibles efectos secundarios graves, aunque raros, entre las personas vacunadas con AstraZeneca. Se trataría de casos de trombosis atípica, algunos de ellos han causado la muerte. No obstante, los expertos de la agencia sostienen que entre las personas mayores el beneficio de la vacuna es más grande que el riesgo, ante la necesidad de inmunizarse frente al COVID-19.
En el Reino Unido resultan 30 casos y siete muertes de un total de 18,1 millones de dosis administradas hasta el 24 de marzo.
Con información de EFE
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