La Policía española ha entregado a las autoridades de Uruguay a un excoronel de su ejército detenido el 28 de enero pasado en Peñíscola (este español), reclamado por delitos de genocidio y lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar de los años 70 y 80.
El detenido es Eduardo Augusto Ferro, según informaron a la agencia de noticias EFE fuentes de la investigación cuando fue arrestado.
En un comunicado publicado este martes, la Policía explicó que el antiguo jefe castrense fue, presuntamente, uno de los responsables en Uruguay del Plan Cóndor, un intento sistemático de acabar con la disidencia política en América Latina durante las dictaduras militares que se sucedieron en la década de los 70 y principios de los 80.
Las autoridades judiciales uruguayas lo acusan de haber detenido ilegalmente, torturado y hecho desaparecer a jóvenes militantes de organizaciones opositoras al Gobierno militar de Uruguay vigente entre 1973 y 1985.
La actividad de estas personas era esencialmente el reparto de propaganda y la organización de manifestaciones y de reuniones políticas.
Fue detenido conjuntamente por las fuerzas de seguridad e Interpol en virtud de una orden de detención e ingreso en prisión decretada por la Audiencia Nacional española, y entregado el sábado pasado a la Dirección General contra el Crimen Organizado e Interpol-Uruguay.
El represor fue jefe del Batallón de Contrainteligencia Militar, además de participar en el Servicio de Información y Defensa (SID) y el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA).
Según la organización Proyecto Desaparecidos, fue autor material de la muerte del escribano Fernando Miranda. En Argentina fue responsable por la tortura de Andrés Bellizi y Jorge Goncalves, entre otros.
Asimismo, se ha informado de que “se deshizo” del cuerpo de María Claudia García Irureta-Goyena de Gelman, secuestrada en Argentina mientras estaba embarazada y posteriormente asesinada. También participó en el traslado ilegal a Montevideo de Universindo Rodríguez, Lilián Celiberti y sus dos pequeños hijos, secuestrados en Brasil en 1978.
Además habría sido responsable del espionaje militar a partidos políticos, sindicales y organizaciones sociales entre 1988 y 1991, ya en democracia.
(Con información de EFE y Europa Press)
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