Los gobiernos de Alemania y España aconsejaron a sus ciudadanos abandonar Myanmar lo antes posible frente al recrudecimiento de la violencia militar contra las protestas y la escalada del conflicto con las minorías étnicas.
“No puede descartarse una nueva escalada de violencia por parte de las fuerzas de seguridad y es impredecible cómo evolucionará la situación”, señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania, a través de un comunicado.
Pidieron por tanto a los ciudadanos alemanes salir del país “lo antes posible” mientras sigan disponibles los vuelos comerciales. También recomendaron encarecidamente evitar todo tipo de concentraciones y manifestaciones.
Por su parte, el ministerio de Exteriores español aconsejó a aquellos ciudadanos que se encuentren en Myanmar abandonar el país “a la brevedad posible, haciendo uso de los vuelos disponibles”.
Más de 500 civiles han muerto, al menos un centenar de ellos el pasado fin de semana, debido a la represión de las protestas prodemocráticas por parte de los policías y soldados desde el golpe de Estado del pasado 1 de febrero, según datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos de Birmania (AAPP).
“Se prevé que en los próximos días y semanas sigan escalando de forma significativa los episodios de violencia en las principales ciudades del país, y especialmente en Yangón (Rangún)”, consigna la recomendación del ministerio español.
Otros países de la Unión Europea como Finlandia, Suecia, Dinamarca, Austria e Irlanda, al igual que Estados Unidos, Reino Unido y Australia, también han recomendado a sus ciudadanos que abandonen Myanmar.
Según videos y testimonios de testigos, las fuerzas de seguridad han asesinado a manifestantes y otras personas en sus hogares, incluidos niños, al tiempo que mantienen bajo arresto a más de 2.600 prisioneros políticos, entre ellos la líder depuesta y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
Sin embargo, los manifestantes del movimiento de desobediencia civil salen a las calles a diario para protestar contra la junta militar.
La implicación de las guerrillas étnicas en el movimiento de protesta contra la junta hace temer una escalada de la violencia e incluso la extensión por todo el territorio de la guerra civil que libran varios grupos armados contra el Ejército desde hace décadas.
El Ejército birmano ha bombardeado a civiles en las zonas controladas por la guerrilla karen junto a la frontera con Tailandia, lo que ha provocado miles de desplazados, al tiempo que también se ha recrudecido el conflicto con la guerrilla de la minoría kachin.
(Con información de EFE)
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