El gobierno de Rusia indicó este martes que “espera” que no tener que prohibir las redes sociales extranjeras, con las que el Kremlin está en oposición, reprochándoles sus criterios de moderación en los contenidos, sobre todo políticos.
A principios de marzo, las autoridades rusas dieron un primer aviso a Twitter y ralentizaron su funcionamiento, acusándolo de no haber suprimido contenidos “ilegales” de su plataforma. Moscú dio a Twitter un mes para actuar, so pena de un bloqueo completo. Y se dejó entrever que Facebook o YouTube podrían ser los próximos.
Las autoridades rusas critican especialmente la difusión de contenidos que apoyan al opositor Alexei Navalny.
“Me gustaría esperar que no tendremos que llegar hasta ese punto y que se habrán encontrado medios para resolver el conflicto”, informó el martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al diario Argoumenty i facty.
“Nadie quiere una prohibición completa, sería insensato defender eso. Pero tenemos que obligar a estar empresas a respetar nuestras reglas”, advirtió.
Peskov estimó que “ningún Estado que se respete no dejaría que una empresa le imponga sus condiciones”.
Moscú acusa a Twitter de no haber suprimido contenidos que incitaban a los menores a suicidarse, pedopornografía o informaciones sobre el uso de drogas.
La plataforma estadounidense niega las acusaciones rusas y afirma estar “muy preocupada” por los “intentos de bloquear y asfixiar el diálogo público en línea”.
La disputa ilustra las crecientes tensiones entre Moscú y las principales redes sociales extranjeras en los últimos meses, criticadas por su omnipotencia y su moderación de contenidos, especialmente políticos.
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