Las familias judías pudieron volver a reunirse hoy en Israel en torno a la mesa del “seder”, la cena ritual que da inicio al Pésaj (Pascua) que no pudo celebrarse el año pasado por un toque de queda que limitó la considerada fiesta de la libertad.
Sin restricciones este año tras la exitosa campaña de vacunación, la cena ceremonial de hoy abre una semana festiva en Israel, que conmemora el éxodo desde Egipto cuando el pueblo judío escapó de la esclavitud.
“Y por supuesto me siento mucho más cómoda al reunirme con mis abuelos cuando todos ya están vacunados y no tener que estar preocupada por el virus”, declaró a Efe la israelí Yuval Ungar, de 23 años, antes de trasladarse a la casa familiar.
El lavado de manos de manera ritual, el consumo de cuatro copas de vino y la lectura de la Hagadá, libro que recopila el relato bíblico del éxodo de los judíos, son parte de la tradicional cena de hoy.
Esta festividad se caracteriza porque gran parte de la población no consume productos hechos con harina leudada, incluyendo cerveza y pan. En su lugar comen el “matzá”, pan ázimo que rememora la apresurada salida de los judíos del Egipto faraónico, tras más de 200 como esclavos, por lo que no tuvieron tiempo de cocer sus panes. Las familias, sobre todo religiosas, limpian minuciosamente las casas antes de la Pascua judía para dejarlas sin una mota de levadura y buena parte de los negocios locales también se vacían de productos leudados.
El año pasado el toque de queda y el cierre de ciudades para contener el coronavirus impidió que las familias se reunieran. Hoy con más de la mitad de la población vacunada con las dos dosis y la pandemia controlada, Israel comenzó a celebrar al caer la tarde una de las festividades más importantes de la tradición judía.
Israel logra celebrar el Pésaj en familia porque más de la mitad de su población (52,41%) ya está vacunada con ambas dosis contra el COVID-19, la enfermedad que ya generó casi 125 millones de contagios y 2,7 millones de muertes alrededor del mundo, de acuerdo a datos del Johns Hopkins University & Medicine Coronavirus Research.
Israel, país de 9,2 millones de habitantes que lleva a cabo desde fines de diciembre la más intensa campaña de vacunación del mundo, salió progresivamente de su tercer confinamiento a inicios de febrero.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, concluyó un acuerdo con el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer que permitió a Israel obtener rápidamente millones de dosis de vacunas contra el covid-19 a cambio de datos biomédicos sobre sus efectos.
Desde entonces, la tasa de contaminación de la población no ha dejado de disminuir. El jueves era del 1,1%, frente al 6% a finales de febrero, según el Ministerio de Salud. Desde el inicio de la pandemia, 6.157 israelíes murieron de un total de más de 830.000 contaminados con el coronavirus.
Vacuna oral
Además de su exitosa campaña de vacunación tradicional, Israel apuesta por seguir generando avances en el mundo de la medicina a través de un ensayo clínico de fase 1 para lo que podría convertirse en la primera vacuna oral COVID-19.
Oramed Pharmaceuticals, una firma de base tecnológica desarrollada por Hadassah-University Medical Center, anunció recientemente un joint venture con Premas Biotech, con sede en India, para desarrollar una nueva vacuna oral contra el coronavirus. El desarrollo lo están llevando adelante a través de la empresa Oravax Medical y la vacuna oral produjo anticuerpos con éxito en un estudio preclínico después de una dosis única.
La vacuna se basa en la tecnología de administración oral POD, de Oramed, y la tecnología de vacunas, de Premas, anunció la compañía recientemente.
La tecnología de Oramed se puede utilizar para administrar por vía oral una serie de terapias basadas en proteínas que, de otro modo, se administrarían mediante inyección.
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