Al menos 90 personas, entre ellas una niña de 13 años, murieron este sábado debido a la represión de nuevas protestas contra la junta militar golpista en diversas ciudades de Myanmar, donde la cifra de manifestantes y activistas muertos supera con creces los 300, en tanto que el Ejército celebra esta jornada el Día de las Fuerzas Armadas.
Las muertes ocurrieron durante manifestaciones celebradas en Rangún, la mayor ciudad del país, así como en Lashio, Mandalay, Meikhtila, Kyaukpadaung y Kyeikhto, entre otras, con numerosos heridos en estado crítico, informaron testigos y medios locales.
Mientras el Ejército desfila en la capital para conmemorar el Día de las Fuerzas Armadas, miles de birmanos han vuelto a las calles para convocar el “día contra la dictadura militar”, liderada por el general Min Aung Hlaing, quien tomó el poder en un golpe de Estado el pasado 1 de febrero.
Los policías y soldados han vuelto a reprimir las protestas con brutalidad, disparando contra manifestantes y también contra otros civiles en las calles y dentro de sus viviendas.
La mayoría de las protestas son pacíficas, pero algunos manifestantes tratan de manera precaria hacer frente a los uniformados con cócteles molotov, tirachinas y lanzadores caseros de cohetes pirotécnicos.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) birmana afirmó en su último informe que el número de muertos debido a la violencia policial y militar asciende al menos a 328, cifra que no incluye los fallecidos de hoy.
Los militares tomaron el poder el pasado 1 de febrero con la excusa de un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la líder depuesta y nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, y que fueron declarados legítimos por los observadores internacionales.
Desde el golpe, la junta militar ha detenido a más de 3.000 personas, incluida Suu Kyi y gran parte de su Gobierno, quienes se encuentran en su mayoría incomunicados.
(Con información de EFE)
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