El Museo del Carnavalet trató de apagar la polémica afirmando que no escribiría “Luis 14” en sus salas de exposición, pero admite que, en unos 170 textos para el público, los siglos estarán escritos en números arábigos “para que sea más fácil de entender”. El museo del Louvre ya ha operado este cambio cuatro años. La iniciativa ha desatado una controversia que supera las fronteras francesas.
Se trata de una de esas polémicas bien francesas, aunque en este caso llegue desde Italia, que habla de “catástrofe cultural”, “estupidez” o “flagelo de la corrección política” por una decisión del parisino Museo Carnavalet, que reabre renovado sus puertas tras cuatro años de obras.
“Luigi XIV diventa Luigi 14” “Luis XIV se convierte en Luis 14”, denuncia Il Corriere de la Sera, para quien “El paso del IV al 4 se convierte entonces en el símbolo de la renuncia progresiva a la enseñanza de la cultura clásica”. Ni más ni menos.
La indignación italiana cruzó los Alpes y los franceses se desayunaron que les estaban quitando los número romanos en nombre del turismo masivo y una democratización cultural que nivela siempre hacia abajo.
Las autoridades del museo rechazaron la acusación a través de Twitter. “Los números romanos no han sido abandonados: se utilizan para los nombres de reyes y emperadores en casi 3.000 textos de las salas, con la excepción de 170 textos de mediación universal accesibles a todos los públicos”.
Desde la alcaldía de París, la consejera de Cultura Carine Rolland confirma: “No vamos a suprimir nada, pero debemos ser ambiciosos e innovadores en materia de accesibilidad”.
Sin embargo, los siglos sí dejarán de estar en números romanos para ser reemplazados por los arábigos. Y no es la única institución francesa en adoptar esta política en nombre de la inclusión: el Museo del Louvre ya abandonó los palitos romanos hace cuatro años para que sea accesible al mayor número posible de visitantes.
Ahora, pese a las aclaraciones del Museo Carnavalet, la polémica no se ha apagado entre quienes ven un nuevo retroceso de la cultura en nombre de “la inclusión”.
Rocky IV y el Super Bowl LV
“El problema no es que esta grafía sea arbitraria, sino que su supresión está en consonancia con el abandono del aprendizaje del subjuntivo en la escuela primaria, la limpieza de la literatura infantil para eliminar todo rastro del pretérito indefinido y todas las palabras ligeramente complejas. Seamos claros, no son unas cuantas figuras romanas las que explican el carácter irremediablemente monocolor -social, étnico, geográfico- del público de los museos, sino el fracaso de una escuela republicana que durante décadas ha decretado que, en lugar de elevar al pueblo hacia una cultura no burguesa sino universal, era necesario abolir toda escala de valores y extasiarse ante los últimos avatares de la industria cultural”, escribe en su editorial la revista Marianne. A modo de queja, la revista ha numerado las páginas de su última edición con números romanos.
“Es la historia del huevo y la gallina”, explica al diario Le Figaro François Martin, presidente de la Coordinación de Profesores de Lenguas Antiguas. “Cuanto menos se utilicen los números romanos, menos se podrá entender. Pero es una pena, porque en la escuela primaria a los niños les encanta aprender los números romanos, para ellos es como un juego”, argumenta.
Si Rocky IV o los episodios de la saga Star Wars pueden seguir siendo entendidos a escala global y en Estados Unidos hasta se celebra la última edición del deporte más popular como Super Bowl LV (55), ¿es normal que los museos franceses renuncien a los número romanos? El debate sigue en las redes, ya que los museos permanecen cerrados por la pandemia.
Publicado originalmente por RFI