Escándalo en Italia por la caótica campaña de vacunación contra el COVID-19 en una región clave: “olvidaron” convocar a las personas seleccionadas

La gestión del gobernador Attilio Fontana en Lombardía está siendo duramente criticada. La presión llevó a intervenir la empresa contratada para la organización en la zona más rica del país

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El gobernador de la región
El gobernador de la región italiana de Lombardía (norte), Attilio Fontana. (EFE/EPA/MOURAD BALTI TOUATI/Archivo)

El caos en la gestión de la campaña de vacunación en la región de Lombardía, motor económico de Italia y la que más ha sufrido los efectos la pandemia en un país con más de 105.000 muertos por coronavirus, llevó este lunes a las autoridades locales a intervenir la empresa encargada.

El presidente de la región, Attilio Fontana, despidió a todo el equipo directivo de la agencia Aria y dejó al frente solo a un responsable, después de que este fin de semana en la ciudad de Cremona no acudiera casi nadie a vacunarse, mientras que en el municipio de Crema se produjeran aglomeraciones al presentarse más personas de las previstas, según los medios italianos.

“Ha sido un caos desde el principio”, reconoció la alcaldesa de Crema, Stefania Bonaldi, al diario La Repubblica.

El fin de semana uno de los centros “olvidó” convocar a las personas seleccionadas, un verdadero escándalo, califica la prensa nacional.

Una trabajadora sanitaria recibe la
Una trabajadora sanitaria recibe la vacuna en el hospital de Cremona a fines de diciembre (Piero Cruciatti/Pool via REUTERS/archivo)

Según trascendió, las personas que debían vacunarse no recibieron el mensaje que les advertía el lugar y la hora.

Así, varios funcionarios locales tuvieron que acudir al registro civil y llamar a cada una de las personas, mientras el alcalde con un minibús prestado fue a recoger a los ancianos a sus propias residencias de manera que las vacunas no se perdieran.

“Ayer recogí a 20 ancianos, hoy voy por 30 más además de 15 maestros”, explicó Giuseppe Papa, alcalde de San Bassano, en una entrevista a La Repubblica.

Las mismas escenas se repitieron en las ciudades de Monza y Como, cerca de Milán.

La gestión de Fontana, miembro de la ultraderechista Liga, está siendo duramente criticada por la oposición y los consejeros regionales del Partido Democrático (PD, centroizquierda) y el Movimiento 5 Estrellas (M5S) cargaron tanto contra la agencia Aria, cuya contratación ha costado más de 20 millones de euros, como contra el Gobierno regional.

“¿Cuándo Fontana y su consejo señalarán a los verdaderos responsables de esta desastrosa y fallida gestión, o más bien a ellos mismos? Es inadmisible este enésimo intento de ocultar la responsabilidad a la opinión pública, que ahora tiene claro quiénes son los verdaderos culpables del caos de las vacunas”, dijo el líder del M5S en el Consejo Regional, Massimo De Rosa.

Por su parte, la encargada regional de la Salud en Lombardía, Letizia Moratti, prometió tomar “decisiones rápidas y drásticas” para remediar una situación que tildó de “inaceptable”.

Personas en fila para recibir
Personas en fila para recibir la vacuna de AstraZeneca en Milán. (REUTERS/Flavio Lo Scalzo)

Italia ha suministrado por el momento 7,8 millones de dosis y más de 2,4 millones de personas están inmunizadas.

Lombardía ha inoculado el 78,3 % de las dosis recibidas, mientras que otras regiones como Lacio, cuya capital es Roma, ha suministrado el 84,3 %. La región que va más avanzada es Campania, (sur), que ha inoculado el 86,7 %.

De media Italia ha puesto 175.000 inyecciones diarias, pero el responsable de gestionar la emergencia de coronavirus en el país, el militar Francesco Paolo Figliuolo, se ha fijado como objetivo incrementar el ritmo hasta las 500.000 dosis diarias para tener al 80 % de la población vacunada para septiembre.

Mientras tanto, Italia se encuentra en plena tercera ola de la pandemia. En las últimas veinticuatro horas, el país sumó 13.846 nuevos casos de coronavirus y 386 fallecidos y sufre un aumento de la presión hospitalaria, con un 42 % de las camas ocupadas por pacientes de COVID-19, según la Agencia Nacional de Servicios Regionales de Salud (AGENAS).

Las restricciones en Italia establecen que todas las regiones que superen la incidencia semanal de 250 contagios por cada 100.000 habitantes pasarán a “zona roja”, un confinamiento blando con todas las tiendas no esenciales cerradas.

Nueve regiones y la provincia autónoma de Trento -unos 40 millones de italianos- están en este tipo de confinamiento blando, mientras que el resto del país se encuentra en la “zona naranja” de riesgo intermedio.

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