La Justicia de China impidió el acceso a una decena de diplomáticos al juicio contra los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor, que está teniendo lugar en el gigante asiático, donde abmos han sido acusados de presunto espionaje.
El juicio, que comenzó el viernes en Dandong, se ha llevado a cabo por el momento a puerta cerrada. Kovrig, diplomático, ha sido acusado de compartir “información importante de Inteligencia a través de sus contactos en China desde 2017”, mientras que Spavor, un empresario, habría entregado información al propio Kovrig.
A diferencia del juicio del viernes contra Michael Spavor, que duró algo más de dos horas, el de este lunes parecía eternizarse: al final de la tarde, nueve horas después de que hubiera empezado la audiencia, un diplomático canadiense continuaba esperando afuera del palacio de justicia, donde no fue autorizado a entrar.
“Estamos muy preocupados por esta denegación de acceso y por la falta de transparencia de todo el proceso judicial”
Una funcionaria del tribunal popular intermedio número dos de Beijing, donde se juzga a Michael Kovrig, declaró a la prensa que el juicio no se puede celebrar con público porque se trata de un caso relacionado con la “seguridad nacional”.
“Estamos muy preocupados por esta denegación de acceso y por la falta de transparencia de todo el proceso judicial”, declaró el encargado de negocios de la embajada de Canadá, Jim Nickel.
Se congratuló sin embargo por la presencia de diplomáticos de 26 países, incluidos los de Alemania, Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Estos representantes posaron para los fotógrafos frente al edificio, antes de aplaudir a Nickel, que les había agradecido su apoyo a Canadá.
Una manifestación improvisada que causó malestar en el ministerio chino de Relaciones Exteriores. “Que algunos o varias decenas de diplomáticos intenten reunirse para ejercer presión constituye una injerencia en la soberanía judicial de China”, denunció la portavoz del ministerio, Hua Chunying. “No es eso lo que los diplomáticos deben hacer”, insistió ante la prensa.
Tanto Estados Unidos como Canadá han pedido en repetidas ocasiones la puesta en libertad de los dos canadienses y han denunciado que su detención responde a motivos políticos y arbitrarios.
Kovrig, el primero en ser juzgado, lleva detenido desde 2018 en el marco de un proceso que se enmarca en el caso de la hija y directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, que fue detenida en la ciudad de Vancouver nueve días antes de que los canadienses fueran arrestados.
La detención de Meng se llevó a cabo a petición de Estados Unidos, que ha pedido extraditarla para juzgarla por violar presuntamente las sanciones impuestas por Washington a Teherán a través de una subsidiaria. Desde entonces, los arrestos de Kovrig y Spavor han sido vistos como un acto de represalia por parte del Gobierno chino, que asegura que el caso no está vinculado.
El ex embajador de Canadá en China Guy Saint-Jacques estima que las dos sentencias se conocerán esta semana. “China ni siquiera intenta que parezca que se trata de juicios reales: no comunican las pruebas a la defensa y el juez no se toma el tiempo de examinarlas”, declaró a la AFP. “Esto confirma que el proceso judicial lo ha pedido el Partido Comunista y que se trata de juicios políticos”, denunció el exembajador. “El mensaje para Estados Unidos es claro: si quiere ayudar a los canadienses, haga que Meng Wanzhou vuelva rápidamente a China”.
(Con información de AFP y Europa Press)
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