Las autoridades científicas de Emiratos Árabes Unidos descubrieron un inquietante problema en algunas personas a las que se les aplicó la vacuna china contra el coronavirus: tras ser sometidas a las pruebas de anticuerpos, muchas de ellas no registraron una respuesta inmunitaria suficiente luego de haber recibido las dos dosis del inmunizante de Sinopharm. Por ese motivo, las autoridades locales resolvieron que se les suministre una tercera dosis.
“Cuando se comprueba que algunas personas no responden a las vacunas, lo que se espera con todas las vacunas, hubo una iniciativa para acercarse a estas personas y darles una tercera inyección de la vacuna Sinopharm, que ha demostrado, en el contexto del estudio, que refuerza su inmunidad”, explicó Walid Zaher, investigador jefe de G42 Healthcare, distribuidor de la vacuna china en los Emiratos Árabes Unidos, de acuerdo a lo consignado por The Washington Post.
El científico emiratí detalló a radio Dubai Eye que cualquier personas que tenga niveles bajos de anticuerpos puede pedir a su médico que se ponga en contacto con las autoridades sanitarias y se concertará una cita para que reciba otra dosis. Sin embargo, aclaró, generalmente son los funcionarios los que se acercan a la persona luego de someterse a la prueba de anticuerpos.
Zaher comparó la necesidad de una tercera vacuna con la de un refuerzo contra la gripe e indicó que aquellos que la requieren son un “número muy pequeño”.
La necesidad de una tercera dosis de la vacuna de Sinopharm fue reportada por primera vez el pasado 10 de marzo por la portavoz del sector sanitario, Farida al-Hosani, al periódico “The National”. No obstante, la funcionaria no especificó qué cifra o porcentaje de vacunados habían requerido esta nueva dosis ni si su administración había sido recomendada por la farmacéutica china.
De acuerdo a los médicos con los que habló el Wall Street Journal, hubo casos de personas con poca o ninguna respuesta de anticuerpos tras dos dosis de Sinopharm.
En medio de la campaña mundial de vacunación para contener la propagación del coronavirus, estas revelaciones podrían suscitar dudas sobre la eficacia de la vacuna china, que ya se está utilizando en varios países. Además de Emiratos Árabes Unidos, el inmunizante chino también ha sido adquirido por naciones como Egipto, Campoya, Senegal y Perú, entre otros tantos.
La vacuna de Sinopharm tiene una tasa de eficacia del 79%. Esto, según los expertos, es más que suficiente. Sin embargo, los datos del inmunizante chino no se han hecho públicos.
Emiratos Árabes Unidos comenzó su campaña de vacunación el 9 de diciembre, un día después que el Reino Unido, el primer país en comenzar a inmunizar, y es uno de los países con mayor porcentaje de vacunados del mundo tras haber administrado más de 6,3 millones de dosis para una población de casi 10 millones de habitantes.
Sin embargo, esto no se ha reflejado en su curva de contagios con la misma efectividad que en otros países con tasas similares de inmunización, o incluso menores.
La campaña no prioriza a ningún sector de la población, sino que la administra de forma voluntaria y gratuita a quien se registre de forma voluntaria.
Aunque EAU ha autorizado el uso de las vacunas de Sinopharm, Pfizer y AstraZeneca, así como de la rusa Sputnik V, es la china la más disponible después de que el país árabe participara en la fase de pruebas clínicas.
Según datos de OurWorldinData.org, el pasado 23 de febrero, se había puesto al menos una dosis de alguna de ellas al 35,2% de su población (la tercera mayor tasa del mundo tras las de Israel y el Reino Unido) y había vacunado completamente al 22,1% (la segunda, solo superada por Israel).
La vacuna de Sinopharm está siendo aplicada en países como europeos como Serbia y Hungría y varias naciones africanas. En América Latina, la reciben pacientes de Argentina, Bolivia, Perú y Venezuela, mientras que México y otros países están en negociaciones para adquirirla.
En Perú, la integridad del estudio de Sinopharm recibió serios cuestionamientos luego de que los propios encargados de la investigación local, así como políticos, allegados y encargados de negociar la compra, recibiran en secreto dosis chinas. Además, el laboratorio envió equipos de protección valuados en miles de dólares bajo concepto de cortesía mientras se desarrollaban las negociaciones. Incluso, cuando se divulgó la lista de involucrados, algunos figuraban como receptores de tres dosis. La respuesta en su momento fue que se trataba de un pequeño estudio propio para analizar la respuesta inmunológica bajo ese esquema, algo que no cumplía ningún estándar de investigación.
El régimen chino la ha usado como moneda diplomática para congraciarse con países que no han podido comprar una gran cantidad de dosis, facilitando algunos negociaciones y en algunos casos enviando cargamentos a modo de donación.
La gravedad de la pandemia hace que los países ignoren las dudas que puedan tener acerca de la vacuna china. “Las vacunas, sobre todo las producidas en Occidente, están reservadas para los países ricos”, dijo un funcionario egipcio que pidió no ser identificado para hablar del tema a la agencia AP. “Teníamos que asegurarnos una vacuna. Cualquier vacuna”.
Israel, el Reino Unido y Estados Unidos, el tercer país con mayor población completamente vacunada (9,2 % a cifras actuales, menos de la mitad de EAU), han conseguido doblegar la curva de contagios significativamente tras alcanzar picos a los largo de enero, pocas semanas después de haber empezado a vacunar.
En Emiratos, a pesar de que empezó a vacunar casi a la par que el Reino Unido y entre una y dos semanas antes que los otros dos países, no solo se tardó más en empezar a reducir los nuevos casos, sino que esta bajada está siendo considerablemente más lenta.
De acuerdo a los datos reportados este domingo por la Universidad Johns Hopkins, Emiratos Árabes Unidos registra más de 440.000 infectados, y 1.438 muertos por coronavirus.
SEGUIR LEYENDO: