El Centro Simón Wiesenthal acusó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU de llevar a cabo una “inquisición” contra Israel, al tiempo que se expresó de la misma manera contra más de 30 estados que realizaron “declaraciones difamatorias” en el marco de una sesión.
En un comunicado, la institución remarcó que su director de Relaciones Internacionales y observador ante el organismo, el doctor Shimon Samuels, “soportó tres dolorosas horas de difamaciones contra el estado de Israel.
Indicó a su vez que el estado judío es el único en ser “individualizado con su propio ítem” en cada sesión anual: se trata del número siete, que trata “la situación de derechos humanos en Palestina y otros territorios árabes ocupados”.
El documento resaltó además que entre los países que se expresaron de la manera mencionada hay tres que firmaron los llamados “Acuerdos Abraham” a través de los que Israel restableció relaciones diplomáticas con distintos países musulmanes con la mediación de los Estados Unidos: Bahréin, Marruecos y Sudán.” Estos estados cometieron un libelo de sangre contra el Estado judío”, expresó.
Y agregó: “Sólo los Emiratos Árabes Unidos (el otro país que firmó acuerdos con Israel) realizó una declaración más equilibrada: ‘Deseamos ver a Israel y Palestina como dos estados en paz y lado a lado’”. También detalló que “Libia, Bahrein e Irak pidieron una lista de boicot internacional actualizada de nombres de empresas que trabajan en los asentamientos” y que “solicitaron al Alto Comisionado de Derechos Humanos que la haga pública”.
El centro luego enumeró otros países que se expresaron en contra del estado judío y detalló que Austria, Dinamarca, Italia, Francia y el Reino Unido fueron “atacados por su llamado para cerrar el ítem siete y absorberlo dentro del debate general sobre las violaciones a los derechos humanos a nivel global”.
Venezuela y Líbano, en contraste, “lideraron los llamados para que la inquisición continúe”. El representante del régimen de Maduro también “expresó su enojo por los estados miembros europeos que boicotearon la sesión (debido en parte a los esfuerzos del Centro Wiesenthal y otras ONG hermanas)”.
Israel, remarca el documento, “no sucumbirá ante las mentiras de los inquisidores”. Y dijo que ante la ausencia del país en el Consejo de Derechos Humanos, su respuesta se encuentra dentro de la ética talmúdica (el Talmud es la obra que recoge discusiones de rabinos prominentes sobre leyes, tradiciones y costumbres judías). “Si no me defiendo a mí mismo, ¿quién lo hará?”, pero “si sólo me defiendo a mí mismo, ¿qué soy?”.
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