Las autoridades chinas reportaron este lunes un freno en el descenso del desempleo, que aumentó en febrero a 5,5%, frente al 5,2% de diciembre, lo que indica una creciente presión sobre el mercado laboral de China, especialmente entre los más jóvenes del país.
La tasa de desempleo urbano de China calculada mediante encuesta se situó 0,7 puntos por encima del mismo mes de 2020, según los datos publicados por el Buró Nacional de Estadísticas, pero ese aumento se explica porque millones de trabajadores se abstuvieron de viajar en las vacaciones del Año Nuevo Lunar, lo que mantuvo el ritmo de miles de fábricas. La situación además tuvo un impacto en el gasto de los consumidores.
En el segmento más grande del mercado laboral, aquellos con edad entre 25 y 59 años, la tasa de desempleo fue de 5%, por debajo del promedio total. Y es que el sector que empujó el promedio hacia arriba fue el de los más jóvenes, de entre 16 y 24 años, cuya tasa fue de 13,1%. Se trata de la misma cifra reportada en el primer trimestre del 2020, en el momento más crítico de la pandemia en el gigante asiático, lo que muestra una nula recuperación para aquellos que buscan sus primeras experiencias laborales.
La elevada cifra implica “el continuo desafío del subempleo y la presión sobre el mercado laboral”, dijo Bruce Pang, jefe de investigación macro y estratégica de China Renaissance, a la cadena CNBC. Añadió que, basándose en la contracción de las medidas laborales de las encuestas mensuales del gobierno y de terceros, las empresas no parecen ansiosas por cubrir las vacantes a medida que el impulso de la recuperación económica se ralentiza.
La competencia entre los jóvenes es especialmente alta. Se espera que este año se incorporen al mercado laboral más de 9 millones de estudiantes, un aumento de la Población Económicamente Activa superior al del récord de 2020, cuando se sumaron 8,7 millones.
China fue en 2020 la única gran economía que registró un crecimiento anual positivo, con una expansión del 2,3%, pero las demandas internas se contrastan con el éxito que proclama el régimen de Xi Jinping.
En 2015, Xi prometió erradicar la pobreza extrema para 2020, un objetivo que ayuda a lograr la principal meta del Partido Comunista: construir una “sociedad moderadamente próspera”. El mandatario declaró que el objetivo se alcanzó el año pasado y lo calificó de “gran victoria”. Pero los expertos advierten que el aumento de los ingresos ha dejado obsoleta la línea de pobreza fijada por China.
Las autoridades fijaron una línea de pobreza basada en unos 2,30 dólares de ingresos por día y ofrecieron ayuda a aquellos que no llegaban a esta cantidad. Pero China es ahora un país de ingresos medio altos y el Banco Mundial sugiere que se duplique el umbral actual, lo que haría que el objetivo esté aún muy lejos de cumplirse.
(Con información de AFP y Reuters)
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