La Organización Mundial de la Salud (OMS) instó este lunes a los países a continuar aplicando la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por AstraZeneca, luego de que una serie de países europeos la suspendiera ante la posibilidad de que estuviera relacionada a recientes casos de trombosis en el continente.
“No queremos que la gente entre en pánico y, por ahora, recomendaríamos a los países que continúen administrando” el inoculante desarrollado en el Reino Unido, dijo la científica jefe de la organización, Soumya Swaminathan.
“Por ahora no hemos encontrado un vínculo entre estos eventos y la vacuna. Al ver la información de aquellos que recibieron las dosis, la incidencia es, de hecho, menor a la de la población general durante el mismo período de tiempo”, agregó.
No obstante, un panel de expertos del organismo dependiente de la ONU se reunirá el martes para analizar la seguridad de la vacuna. Lo hará dos días antes de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), que también dijo continuar confiando en la fórmula, haga lo propio.
“La EMA mantiene el punto de vista de que los beneficios de la vacuna a la hora de prevenir el COVID-19, junto con el riesgo asociado de hospitalización y merte, supera el riesgo de los efectos secundarios”, expresó la agencia europea en un comunicado el lunes.
Marco Cavaleri, El jefe de la unidad de amenazas biológicas a la salud y vacunas, dijo al comité de Salud del Parlamento Europeo que la EMA está “llevando a cabo un escrutinio de toda la información disponible, sobre todo de los casos fatales reportados”, pero que no ve “ningun problema en continuar usando la vacuna en las campañas de inoculación”.
La decisión de los países europeos de suspender la campaña de vacunación -Alemania, Italia, Francia y España fueron los últimos en hacerlo- suscitó perplejidad en expertos consultados por la agencia AFP, que indicaron a su vez que estos problemas no son más frecuentes entre los vacunados con AstraZeneca que con las otras vacunas disponibles en Europa, es decir, Pfizer/BioNTech y Moderna.
En esa línea se pronunció el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que instó a sus ciudadanos a aceptar la vacuna. “Nuestros expertos y científicos han dedicado mucho tiempo a asegurarse de que todas las vacunas aprobadas en Canadá son seguras y eficaces”, dijo el mandatario en una conferencia de prensa en Montreal.
“La mejor vacuna que se puede tomar es la primera que se ofrece”, dijo. “Así es como superamos esto lo más rápido posible y con la mayor seguridad posible”.
AstraZeneca subrayó asimismo en un comunicado publicado el domingo que los casos de trombosis son “similares” a los que registran sus homólogos. Esta afirmación se apoya en datos oficiales del Reino Unido, uno de los países más avanzados en su campaña de vacunación, que además dan cuenta de que los coágulos son excepcionales.
Se registraron 35 entre los 9,7 millones de personas que recibieron una dosis de AstraZeneca - 0,0004% - y 24 entre los 10,7 millones que recibieron la de Pfizer/BioNTech - 0,0002% -. En cada una, solo hubo un deceso.
“Está claro que la proporción (...) no es diferente”, subrayó en un comunicado Stephen Evans, epidemiólogo de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, citado por el organismo británico Science Media Centre.
“Es totalmente razonable estudiar con atención los vínculos entre vacunas y problemas de coagulación pero vamos demasiado lejos (impidiendo) a la gente recibir vacunas que pueden evitar que enfermen”, agregó.
Esto no significa sin embargo que esta vacuna no tenga efectos secundarios. En Francia, la agencia reguladora ANSM registra más casos entre los vacunados con AstraZeneca (0,66%) que con Pfizer/BioNTech (0,19%) y Moderna (0,12%).
Se trata en general de efectos leves o bien de síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre alta. También pueden ser más graves, como las reacciones alérgicas que impiden respirar, pero estos casos son excepcionales: 41 entre cinco millones, según la UE.
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