Yihadistas tendieron una emboscada a un convoy militar en Nigeria y mataron a 15 soldados y cuatro paramilitares en el estado de Borno (noreste), informaron este sábado fuentes de seguridad.
El convoy fue atacado por militantes del Estado Islámico de África Occidental (ISWAP) cerca de Gudumbali, en la región del lago Chad, el pasado jueves, informaron las fuentes.
“Perdimos a 15 soldados y cuatro miembros (de la milicia) Civilian JTF en una emboscada terrorista en el bosque, cerca de Gudumbaili”, indicó un oficial militar, que pidió el anonimato, a la agencia de noticias AFP.
Según la fuente, 13 combatientes gubernamentales, incluyendo diez soldados, resultaron heridos en el ataque.
El convoy, compuesto de diez vehículos, se dirigía a Gudumbali desde la localidad de Kukawa para realizar una operación militar contra los insurgentes cuando fue atacado, explicó otro miembro del Ejército, que confirmó el balance de muertes y heridos.
“Las víctimas fueron llevadas a Maiduguri esta tarde”, explicó, en alusión a la capital regional.
El líder de la milicia Umar Ari afirmó que un dirigente de la misma había sido herido.
“Entre los muertos se encuentran cuatro de nuestros camaradas, incluyendo a Yusuf Baba-Idris, jefe de la Civilian JTF en Kukawa”, informó.
Este sábado, el grupo ISWAP reivindicó su responsabilidad en la emboscada a través de un comunicado.
Se trata del peor ataque contra tropas gubernamentales en los últimos meses. El grupo islamista aseguró que “condujo a la matanza de 33 elementos, a que otros 20 personas fueran heridas y al aprisionamiento de unos de ellos, mientras que los sobrevivientes huyeron”.
Según los yihadistas, sus combatientes también destruyeron cuatro vehículos militares, capturaron otros siete y se incautaron “una serie de armas y de munición”.
El grupo ISWAP se escindió de la organización yihadista Boko Haram en 2016 y se ha convertido en una seria amenaza para Nigeria.
El pasado 1 de marzo, los combatientes yihadistas incendiaron un complejo humanitario de las Naciones Unidas en la ciudad de Dikwa después de desalojar a las tropas y matar a seis civiles.
La violencia yihadista de Nigeria se ha extendido a los países vecinos de Chad, Camerún y Níger, lo que ha provocado el surgimiento de una coalición militar regional para luchar contra los insurgentes.
Insurgencia en aumento
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, se ha visto sometido a una presión cada vez mayor para hacer frente a los desafíos de seguridad en el país, que incluyen el levantamiento yihadista, los enfrentamientos entre pastores y agricultores, así como el bandidaje y los secuestros masivos en el noroeste.
Las fuerzas de seguridad nigerianas buscaban este sábado rescatar a decenas de estudiantes que fueron secuestrados en el estado noroccidental de Kaduna en el último ataque a una escuela.
Hombres armados asaltaron el Colegio Federal de Mecanización Forestal en Mando en las afueras de la capital del estado (Kaduna) el jueves por la noche y se llevaron a más de 30 estudiantes mientras los militares lograron rescatar a 180.
Las bandas de secuestradores son impulsadas en gran medida para obtener el pago de rescates y no tienen inclinaciones ideológicas hasta al momento conocidas. Las víctimas suelen ser puestas en libertad poco después de las negociaciones.
(Con información de AFP)
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