Entre diciembre del año pasado y lo que va de marzo se aplicaron 312 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 alrededor del mundo. Si bien la campaña está muy por debajo de los ambiciosos compromisos asumidos por los laboratorios, se está acelerando en las últimas semanas.
Para llegar a las primeras 100 millones de dosis se necesitaron casi dos meses, pero las últimas 100 millones se alcanzaron en apenas 17 días. Este proceso está generando cada vez más optimismo en el mundo.
Por ejemplo, la OCDE revisó este martes al alza sus perspectivas de crecimiento para la mayor parte de los países del G20 citando como una de las principales razones la recuperación de las campañas de inmunización. El organismo prevé que la actividad mundial progrese este año un 5,6%, lo que significa 1,4 puntos porcentuales más de lo que había anticipado en diciembre.
No obstante, la disparidad en el reparto de las vacunas sigue siendo muy notoria. El mapamundi de la vacunación continúa mostrando un hemisferio norte con procesos bastante avanzados, y un hemisferio sur muy rezagado.
En África, sólo un puñado de países empezaron a inocular a su pueblo y casi ninguno se acerca al 1 por ciento. Pero hay dos grandes excepciones. Una es Seychelles, el archipiélago del Índico africano, con una población de 96.000 personas, en el que se dieron 83,1 dosis cada 100 habitantes, lo que lo ubica segundo en el ranking mundial de inyecciones aplicadas. Si se mira el porcentaje de la población vacunada —no es lo mismo que las dosis porque muchas personas han recibido dos—, está primero, con 58,1 por ciento. El otro es Marruecos, que suma 12,5 dosis cada 100 personas.
No muy diferente es el panorama en Medio Oriente y Asia Central. Pero allí también hay excepciones. La principal es Israel, el único país que superó las 100 dosis cada 100 habitantes. Ya va por 102,3, y logró vacunar al 56,7% de su población, quedando apenas por debajo de Seychelles.
Esto le permitió a Israel dar este domingo el paso más importante de su desescalada, con la reapertura de cafés, bares y restaurantes, la relajación de restricciones y el regreso a las aulas en universidades, entre otras medidas, que priorizan a quienes estén inmunizados contra el coronavirus. En muchos casos, los establecimientos sólo aceptan a clientes que presenten el llamado “pase verde”, otorgado a quienes se hayan recuperado de COVID-19 o hayan recibido la segunda dosis hace al menos una semana.
El otro país de Medio Oriente que es referencia global en vacunación son los Emiratos Árabes Unidos, que ya lleva aplicadas 63,6 dosis cada 100 personas, y que vacunó al 38,7% de sus habitantes. El tercero también se encuentra en la Península Arábiga: se trata de Bahrein, que está quinto en dosis con 30,1 y séptimo en porcentaje de la población inoculada, con 18,1 por ciento.
En América Latina casi no quedan países que no hayan empezado a vacunar. Cuba, Haití, Nicaragua y Surinam son los únicos. Pero todos están por debajo de las cinco dosis cada 100 (Brasil está en 5,15), con la única salvedad de Chile. Con una proporción de 25,9 dosis aplicadas, está octavo en el ranking mundial. Además, el 21,1% de su población recibió al menos una dosis, lo que deja al país en el sexto puesto en términos de cobertura.
Pero lo más sorprendente de Chile es que con un promedio de 1,08 dosis diarias por cada 100 habitantes inoculadas en las últimas siete jornadas, se convirtió este martes en el país que más rápido está administrando la vacuna contra el COVID-19 en todo el mundo. Así lo evidencia el último cómputo de datos que lleva adelante el sitio especializado Our World in Data de la Universidad de Oxford, con información que también difundieron las autoridades chilenas.
De todos modos, la primacía del eje Estados Unidos - Europa Occidental sigue siendo muy clara cuando se mira a los países en bloque. A pesar de tener una población de 328 millones de habitantes, Estados Unidos ocupa el sexto lugar del índice global en cuanto a dosis aplicadas (27,8) y el octavo en cobertura (16,6%). El presidente Joe Biden dijo la semana pasada que el país contará con vacunas contra el COVID-19 suficientes para todos los adultos del país para finales de mayo, dos meses antes de lo previsto.
En Europa, el Reino Unido sacó provecho del Brexit, negoció por su cuenta con los laboratorios y logró así ser uno de los líderes globales en inoculación. Está cuarto en dosis dadas (34,6) y en población inmunizada (31,5%). La Unión Europea (UE), en cambio, está sufriendo las consecuencias del desafío que supone el diseño de una campaña común entre 27 países. Pero igualmente está avanzando y con mucha equidad a su interior, de modo que la mayoría se acerca a las 10 dosis cada 100 habitantes.
En las últimas horas, la UE y Estados Unidos han acordado trabajar conjuntamente para garantizar unas “cadenas de suministro industrial fluidas” para la producción de vacunas contra el coronavirus por ambas partes, informó este martes la Comisión Europea (CE). El pacto se alcanzó en una reunión entre el comisario europeo de Mercado Interior y jefe del Grupo de Trabajo Europeo sobre Producción de Vacunas, Thierry Breton, y el coordinador de la respuesta al COVID-19 de la Casa Blanca, Jeffrey Zients.
Si se mira la competencia entre los laboratorios, por ahora sólo hay seis vacunas ampliamente distribuidas por el mundo. Y hay una que lleva la ventaja: la de Pfizer/BioNTech, que está siendo aplicada en 69 países. La colaboración entre el gigante estadounidense de la industria farmacéutica y el laboratorio alemán superó las expectativas, al punto de posicionarse como la vacuna más demandada.
En segundo lugar está la vacuna de AstraZeneca, la firma de capitales británicos y suecos, que está presente en 62 países. La fórmula desarrollada en colaboración con investigadores de la Universidad de Oxford comenzó como el proyecto más prometedor, pero enfrentó serias dificultades que afectaron su prestigio y su distribución.
La semana pasada, Italia impidió la salida de un cargamento con 250.000 dosis de la vacuna de AstraZeneca, destinado a Australia, para evitar que dosis producidas en la Unión Europea sean exportadas a un tercer país mientras el fabricante incumple los volúmenes de suministro acordados con los países de la UE. Esto se produce al mismo tiempo que muchos países europeos revirtieron la recomendación de no aplicarla a mayores de 65 años, alegando falta de evidencias sobre sus efectos.
En tercer lugar está la vacuna del laboratorio estadounidense Moderna, presente en 30 países. En el cuarto lugar, con distribución en 18 países, están la rusa, Sputnik V, del Centro Nacional Gamaleya; y la del laboratorio chino Sinopharm. Otra vacuna del gigante asiático está en el sexto lugar: Sinovac, que está siendo aplicada en 12 países.
Con información de EFE
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