Un clítoris gigante, rojo, y bastante difícil de ignorar fue instalado en la Plaza de Trocadero en París durante varias horas este lunes, cuando se conmemora el Día Internacional de los Derechos de la Mujer.
La escultura de cinco metros de alto es obra de la artista Julia Pietri, autora del libro “A tu alcance: la pequeña guía de la masturbación femenina”, que además es administradora de la cuenta feminista “Gang du Clito” y Simone Media.
“Hacer un enorme clítoris en la Place du Trocadéro fue una buena forma de educar a mucha gente sobre el tema, que es principalmente lo que denunciamos en una columna de “Causette”, titulada ‘¿Quién le teme al clítoris?’: denunciar el analfabetismo sexual sobre el clítoris, ya sea institucional o cultural, y denunciar el retraso de la medicina sexual”, explica Julia Pietri.
“Hoy es una herejía: apenas hay ninguna investigación sobre el clítoris. Hemos sabido curar los problemas de erección del pene con Viagra desde 1998, pero no tenemos investigaciones para solucionar los problemas de erección del clítoris, que es un órgano eréctil como el pene. Trato desigual de derechos que no se respeta”, resalta la artista.
Pietri se define como una “feminista pop, tanto de cultura pop como popular”, pero considera que sus acciones van más allá del símbolo: “Hay que hablar de igualdad de género, hablar de órganos sexuales, comparar pene y clítoris. Si no son tratados en pie de igualdad en la medicina, en nuestra cultura, en la escuela, ¿cómo queremos que el resto se construya en pie de igualdad? Es colocar a los sexos en pie de igualdad en cuanto a tratamiento, consideración, investigación médica, educación e información en la escuela”.
La conversación sobre la sexualidad femenina y la importancia del clítoris ha crecido en los últimos años gracias a un movimiento de activistas en todo el mundo que han usado las redes sociales para naturalizar estas discusiones. Pero de acuerdo con la artista detrás de la escultura gigante la institucionalidad no le ha seguido los pasos a esa conversación.
“Hablamos mucho de eso y así sucesivamente, es genial, pero la institución no sigue: no cambió en la escuela, en la medicina. ¡Mi ginecólogo no estudió el clítoris! Hay una revolución en el conocimiento del cuerpo, pero pedimos el siguiente paso: que siga el sistema, que siga la institución por la que pagamos impuestos”, sostiene.
Ella asegura que solo uno de cada ocho libros de texto de Ciencias de la Tierra y la Vida (SVT) “representa correctamente” el clítoris para los estudiantes de cuarto año.
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