Al menos 98 muertos y 615 heridos dejaron este domingo cuatro explosiones accidentales de depósitos de armas y municiones de un campamento militar en Guinea Ecuatorial, arrasando literalmente varios barrios residenciales.
El presidente Teodoro Obiang Nguema, al frente de este pequeño país de África central desde hace casi 42 años, acusó a los agricultores de dejar propagar una quema agrícola y de “negligencia” a los militares encargados de vigilar el arsenal.
En un radio impresionante alrededor de este campamento militar de Bata, la capital económica, varias casas y edificios quedaron destrozados y las calles estaban llenas de enormes escombros a lo largo de cientos de metros, según imágenes de la televisión pública TVGE.
Muchos niños, mujeres, hombres y ancianos huían -a veces ayudados por otras personas o cojeando- de un panorama desolador, envuelto en espesas nubes de humo y polvo después de al menos cuatro explosiones aterradoras.
En un hospital de Bata, muchos heridos, algunos en el suelo y con suero, recibían los primeros auxilios en un ambiente caótico, según imágenes de TVGE.
“La ciudad de Bata fue víctima de un accidente provocado por la negligencia de la unidad encargada de guardar los depósitos de dinamita, explosivos y municiones del campamento militar de Nkoa Ntoma, que se incendiaron a causa de la quema provocada en los campos por los agricultores que finalmente hizo explotar sucesivamente estos depósitos”, detalló Obiang Nguema, quien a sus 78 años es el presidente vivo que más tiempo lleva en el poder.
Según un comunicado del Ministerio de Defensa, “las explosiones (...) de munición de gran calibre” provocaron “ondas expansivas que destruyeron completamente muchas casas aledañas”.
La ciudad de Bata alberga alrededor de 800.000 de los aproximadamente 1,4 millones de habitantes de este pequeño país rico en petróleo y gas, pero donde la mayoría de la población es pobre.
El campamento militar del barrio de Nkoa Ntoma alberga miembros de las fuerzas especiales y de la gendarmería.
Según un tuit del ministerio de Salud, muchos habitantes de los barrios de los alrededores deben estar bajo los escombros de sus casas o edificios. La TVGE mostró imágenes de civiles y bomberos extrayendo niños y adultos de entre pilas de hormigón y chatarra.
El jefe de Estado ordenó una investigación e “hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye a Guinea Ecuatorial en estos momentos todavía más difíciles por la conjunción de la crisis económica debido a la caída de los precios del petróleo y la pandemia de covid-19”.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también envió sus “más sinceras condolencias a las familias que se han visto afectadas por el lamentable suceso ocurrido en la ciudad de Bata, incluidos los niños que resultaron heridos o huérfanos”.
Durante horas fue difícil, cuando no imposible, comunicarse por teléfono entre el puerto de Bata y la capital, Malabo, que se ubica en la isla de Bioko.
Imágenes de TVGE mostraron al vicepresidente encargado de Defensa y Seguridad, Teodoro Nguema Obiang Mangue, apodado Teodorin, hijo del presidente y considerado su delfín, recorriendo los escombros junto a un puñado de sus habituales guardaespaldas israelíes.
Guinea Ecuatorial es uno de los países más herméticos del continente africano. Los opositores y organizaciones internacionales acusan al régimen de Teodoro Obiang Nguema de cometer abusos contra los derechos humanos.
Malabo afirma haber frustrado en diciembre de 2017 un intento de golpe de Estado por el que la justicia condenó, el 1 de junio de 2019, a 130 personas a entre 3 y 96 años de cárcel, la mitad en rebeldía.
Las autoridades acusan a un grupo de mercenarios extranjeros de haber querido atacar, el 24 de diciembre de 2017, al jefe de Estado que se encontraba en uno de sus palacios cerca de las fronteras que el país comparte con Gabón y Camerún. El 27, la policía camerunesa detuvo a una treintena de hombres armados en la frontera. Malabo los acusó de ser los líderes de la intentona golpista.
Con información de AFP
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