El jefe de vigilancia nuclear de la ONU, Rafael Grossi, aseguró que recientemente se han detectado señales de actividad en algunas instalaciones nucleares de Corea del Norte y expresó una “seria preocupación” por las continuas actividades del régimen de Kim Jong-un.
Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), afirmó que hay evidencia de que el régimen ha continuado la construcción de un reactor experimental de agua ligera en su principal complejo nuclear de Yongbyon, incluidas las pruebas de la infraestructura para el enfriamiento del agua en finales de 2020, según informa The Korea Herald.
Añadió que si bien no había señales de producción de uranio enriquecido en la instalación de enriquecimiento por centrifugación en Yongbyon, existen indicios de actividad en curso en otra instalación en Kangson, en las afueras de Pyongyang.
Desde hace mucho tiempo se sospecha que el sitio de Kangson es la instalación clandestina del régimen para el enriquecimiento de uranio o combustible para bombas nucleares, consigna The Korea Herald. Sin embargo, 38 North, un sitio web de monitoreo de Corea del Norte con sede en Estados Unidos, informó en diciembre pasado que Kangson podría no ser una planta de enriquecimiento de uranio, sino que se dedica a producir componentes relacionados para enriquecer uranio.
En el complejo de Yongbyon, Grossi dijo que no había señales de operaciones en el reactor nuclear de 5 megavatios, la principal fuente de plutonio apto para armas del país, ni de producción de uranio enriquecido en la instalación de enriquecimiento por centrifugación reportada allí. Pero hubo indicios de operar la planta que sirve al laboratorio radioquímico.
Grossi enfatizó que las actividades nucleares de Corea del Norte siguen siendo un “motivo de serie preocupación”.
“La continuación del programa nuclear de la RPDC (República Popular Democrática de Corea) es una clara violación de la resolución pertinente del Consejo de Seguridad de la ONU y es profundamente lamentable”, señaló.
“Hago un llamamiento a la RPDC para que cumpla plenamente con sus obligaciones en virtud de las resoluciones del Consejo de Seguridad, que coopere inmediatamente con el Organismo en la implementación plena y efectiva de su Acuerdo de Salvaguardias del TNP (Tratado de No Proliferación Nuclear) y que resuelva todas las cuestiones pendientes”, añadió.
Pyongyang expulsó a los inspectores del OIEA en 2009 y, desde entonces, la agencia ha monitoreado el programa nuclear del país a través de información de fuente abierta e imágenes de satélite. La última y más grande prueba nuclear de Corea del Norte fue en 2017, cuando afirmó haber probado con éxito una bomba de hidrógeno.
Mientras tanto, la recién nombrada embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, manifestó el lunes que Corea del Norte continúa representando una seria amenaza para la paz y la seguridad del mundo, y que su país seguirá presionando al régimen para que se desnuclearice.
“Creemos que Corea del Norte constituye una seria amenaza para nuestra paz y seguridad y para el mundo. Por eso tenemos un interés vital en tratar de disuadir a Corea del Norte hacia ese objetivo, y también en defendernos de sus provocaciones o uso de la fuerza”, indicó Thomas-Greenfield durante su primera conferencia de prensa.
“El presidente Biden ha dejado en claro que vamos a participar en una diplomacia de principios, junto con nuestros aliados y socios, y seguiremos presionando hacia una Corea del Norte desnuclearizada”, añadió.
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