El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, acudió a la segunda ronda de la prueba inaugural del Mundial de Fórmula E, disputada en el circuito urbano saudita de Diriyah, en su primera aparición tras la publicación del informe que le señala como responsable del asesinato de Jamal Khashoggi.
El jefe de la oficina privada del príncipe heredero saudita, Bader al Asaker, publicó en Twitter un video en el que aparece Mohammed bin Salman junto a una comitiva dirigiéndose al circuito, donde saludó a un grupo de personas que corearon su nombre y le dieron la bienvenida. “Señor, tienes en cada alma saudita sacrificios, lealtad y fidelidad”, señala el tuit publicado por Al Asaker que incluye la breve filmación.
Esta es la primera aparición del controvertido príncipe heredero después de que el gobierno estadounidense publicara un informe en el que se le acusa del asesinato del periodista y disidente saudita Jamal Khashoggi, que fue descuartizado dentro del consulado de su país en Estambul en octubre de 2018.
Tras la publicación del documento, el Ministerio de Exteriores saudita mostró su rechazo y tachó las conclusiones del texto de “falsas” e “inaceptables”, pero Mohammed bin Salman todavía no se ha pronunciado personalmente al respecto, aunque en 2019 negó rotundamente cualquier implicación en el asesinato.
El informe, de dos páginas, indica que cuando ocurrió el asesinato Bin Salman controlaba el proceso en la toma de decisiones en el reino, que en el caso están implicados directamente asesores y miembros de su seguridad personal, y que él ha apoyado el uso de medidas violentas para acallar a disidentes en el extranjero.
Khashoggi, de 59 años, residente en EEUU y colaborador del diario The Washington Post, era un enconado crítico de la familia real saudita.
En octubre de 2018 entró al consulado de Arabia Saudita en Estambul para pedir un certificado para casarse con su prometida. Según las autoridades turcas fue asesinado en la sede diplomática el 2 de octubre por un escuadrón de 15 sauditas que primero lo estrangularon y luego desmembraron su cuerpo. Sus restos nunca fueron encontrados.
Aunque ha negado cualquier responsabilidad en el hecho, el reino saudita sí ha reconocido la muerte del periodista en el consulado en Estambul, la cual atribuyó a agentes de inteligencia rebeldes. De esta manera, el reino enjuició luego y condenó a muerte a varios de estos presuntos agentes, para luego conmutar sus sentencias a cadena perpetua.
Con información de EFE
Seguir leyendo: