Al menos tres personas han muerto y varias han resultado heridas de bala este domingo en Myanmar durante la represión policial contra las manifestaciones en rechazo al golpe de Estado militar.
En Mandalay, la segunda ciudad más poblada y donde los militares afrontan una gran oposición, uno de los manifestantes murió al recibir un disparo efectuado por los uniformados, declaró a Efe un testigo que ayudó a recuperar el cadáver, mientras el portal Myanmar Now informa de 6 heridos de bala.
La Policía disparó varias rondas con munición real para dispersar una protesta en la sureña ciudad de Dawei alcanzando a una docena de personas, una de las cuales perdió la vida, reporta el medio local Dawei Watch.
Un joven también perdió la vida en las manifestaciones en Rangún, antigua capital del país, tras recibir un disparo efectuado supuestamente por los agentes, apunta el diario Mizzima, que además informa de al menos cuatro heridos por disparos contra una casa.
Miles de birmanos salieron este domingo a las calles de la antigua capital y otras ciudades a lo largo de país a pesar de la represión policial de la víspera, que arrojó un balance de al menos una mujer herida de bala en Monywa y cientos de detenidos a lo largo de la nación.
La Policía usó también hoy balas de goma, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras contra los manifestantes, quienes levantaron en Rangún barricadas improvisadas para frenar las acometidas.
A pesar de las cargas y violencia policial, los manifestantes vuelven una y otra vez a las calles al rebajarse la tensión y en desafió a las fuerzas de seguridad, apoyados en las calles de la capital por unidades militares.
Desde hace semanas, centenares de miles de personas se manifiestan en contra de la junta militar, encabezada por el general Min Aung Hlaing que tomó el poder el 1 de febrero, y para exigir la liberación de los políticos electos detenidos, entre ellos la depuesta líder, Aung San Suu Kyi.
El canal público MRTV, ahora bajo control militar, informó anoche de la detención el sábado de 479 personas acusadas de “protestas contra el Estado” durante una de las jornadas más violentas desde la sublevación militar.
La junta militar asegura, por su parte, que la Policía utiliza la fuerza mínima contra las manifestaciones, mientras el diario oficialista “The Global New Light of Myanmar” publicó este domingo un artículo donde la Policía amenaza con “tomar acciones legales” contra los líderes de las manifestaciones.
El Ejército justifica la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, donde observadores internacionales no detectaron ningún amaño, en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.
A pesar de la celebración de elecciones y el proceso iniciado en 2011 en Myanmar hacia una “democracia disciplinada”, como la denominan el Ejército -que gobernó el país con puño de hierro de 1962 a 2011-, el mando castrense mantenía todavía un amplio control sobre los aspectos políticos y económicos del país.
(Con información de EFE)
MÁS SOBRE ESTOS TEMAS: