Más de 300 alumnas nigerianas fueron secuestradas este viernes en un nuevo acto llevado a cabo por grupos criminales que aterrorizan a la población, roban ganado y saquean los pueblos.
Según el diario nigeriano Daily Trust, los atacantes irrumpieron en la Government Girls Secondary School, en Jangebe, y raptaron a las estudiantes, que la policía finalmente confirmó que fueron 317, tras distintas versiones que indicaban que eran más de 500.
Daily Trust tuvo la posibilidad de conocer más de cerca a este grupo de bandidos del que poco se sabe en Nigeria y el mundo.
“Líder de los terroristas que operan en el flanco norte”, fue la frase con la que se presentó Halilu, comandante de mediana edad de unos 1.000 bandidos ubicados en el estado de Zamfara.
“Kachalla Halilu Sububu Seno, líder de todos los terroristas. Él es el líder”, dijo un teniente con un rifle AK-47 al que Halilu le pidió que hablara para el medio nigeriano.
El encuentro entre el periodista y miembros de los grupos criminales tuvo lugar en la parte occidental de Shinkafi, en el estado de Zamfara. El escondite de los bandidos es el extenso bosque de Sububu, conocido por sus militantes bien armados que durante años aterrorizaron a las comunidades de los gobiernos locales de Shinkafi, Zurmi, Maradun, Maru y Talata Mafara de Zamfara.
Desde el mismo lugar y los bosques contiguos, hombres armados en motocicletas también lanzan ataques y secuestran a aldeanos y viajeros en los gobiernos locales de Sabon Birni, Rabah e Isa, en el estado de Sokoto.
El grupo, llamado localmente como “daba” en el idioma Hausa, está encabezado por Halilu, un hombre fulani (pueblo nómada) de mediana edad. Se llama Kachalla, que representa un nombre honorífico para los líderes de pandillas entre los bandidos.
Halilu es uno de los bandidos más temidos de Nigeria. Después de haber pasado años construyendo un ejército de hombres jóvenes y un arsenal de armas, se lo considera invencible, a pesar del surgimiento de otros temidos bandidos, en particular Kachalla Turji en el bosque cercano de Kagara, y Jumo Smoli, que lidera otra pandilla que se refugia alrededor del río Bakalori.
Los lugareños hablan sobre Halilu con cierto temor. Es famoso por su crueldad y su semblante astuto.
Hace dos años, se llegó a un acuerdo de paz entre la pandilla de Halilu y las comunidades de Shinkafi, que condujo a una paz relativa en la zona.
Sin embargo, la ganancia de Shinkafi es la desgracia de otras comunidades. Mientras Halilu proporciona seguridad para el área de Shinkafi, protegiendo contra los ladrones merodeadores, el acuerdo, según los lugareños, proporcionó a Halilu y su banda un refugio desde donde lanzar ataques en otros lugares.
Shehu Rekep, a quien pocos conocen, es otro de los bandidos más temidos de Nigeria. Se lo considera uno uno de los primeros en introducir el bandidaje armado en el norte del país.
El propio Shehu Rekep confirmó su larga asociación con las armas, que se evidencia en algunas cicatrices y agallas en su mano derecha. Desde que tomó las armas hace unos 20 años, ha aterrorizado poblaciones a lo largo y ancho de Nigeria y la mayoría de los países vecinos.
Rekep atribuyó el levantamiento de los bandidos fulani a la negligencia a largo plazo de los sucesivos gobiernos, especialmente desde el retorno a la democracia.
“La razón es la negligencia. Nos han descuidado. Este país es una nación rica en recursos naturales, pero nosotros (los Fulani) no hemos sido educados, no estamos protegidos, nos matan pero siempre se nos denuncia como agresores. Nunca se nos considera en nada; solo nos matan”, dijo en una entrevista con el periodista de Daily Trust.
Aseguró que años de invasión de áreas de pastoreo y reservas de divisas, así como la confiscación de ganado por parte de agentes de seguridad y miembros de grupos de vigilancia locales, han empobrecido a la mayoría de los fulani en los bosques.
Rekep afirmó que para que los fulani depongan las armas, el gobierno debería terminar con la mencionada injusticia y negligencia de la que se quejan y tratarlos como al resto de los nigerianos.
“Lo que exigimos es que la forma en que dan trabajo a sus hijos y matriculan a los jóvenes en las escuelas, también con nosotros sea de la misma manera. Los hausa, yoruba y fulani deben ser tratados por igual“, reclamó.
El líder de los bandidos alegó que el gobierno se negó a respetar los acuerdos alcanzados durante los pactos de paz anteriores.
Rekep aseguró que las fuerzas de seguridad nigerianas no tienen la capacidad ni los medios para derrotar a los bandidos ya que son miles y están ubicados en todo el país. Afirmó que a diario mueren personas debido a la disponibilidad de armas y municiones en manos de civiles y fuerzas de seguridad.
“No hay día en que no haya muertes en Zamfara, Níger, Kaduna, Sokoto y Katsina”, dijo.
Según él, los asesinatos afectan a todos los nigerianos, independientemente de su origen étnico.
“No hay tribu que no se vea afectada. Los bandidos matan, los soldados matan y los vigilantes también matan. Cualquiera que veas con un arma lo que hace es matar. Todos los días mueren personas. Puede que no lo sepan, pero si contara la situación de las cosas en este país llorarían. Incluso el presidente llorará“, manifestó.
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