El portavoz de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, se ha mostrado este jueves “profundamente” preocupado por el número “cada vez mayor” de personas que están detenidas en Myanmar tras las recientes protestas contra el golpe de Estado, que ya serían más de 900.
Dujarric ha informado que el equipo de la ONU en el país ha cifrado en al menos 150 ciudadanos arrestados en las protestas de la capital, Naipidó, el 22 de febrero. “Y eso solo en Naipidó”, ha remarcado Dujarric.
Por otro lado, este mismo equipo “está haciendo un seguimiento de más de 900 funcionarios políticos y estatales, activistas y miembros de la sociedad civil -incluidos periodistas, monjes y estudiantes- que están detenidos”, ha añadido el portavoz.
En este contexto, ha vuelto a pedir su liberación “inmediata”, mientras que ha comunicado que el enviado especial de la ONU en Myanmar informará mañana en la Asamblea General sobre la situación del país asiático.
SEIS MUERTOS EN LAS PROTESTAS
La prensa local ha informado que han muerto dos personas más durante las protestas contra la asonada militar, con las que ya son ocho las víctimas mortales de la represión de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes.
Las nuevas víctimas habrían sufrido los disparos de munición real de la Policía birmana en las más recientes manifestaciones en la segunda ciudad más grande, Mandalay.
Por otro lado, según The Irrawaddy, un joven de 26 años fue disparado en una pierna el miércoles durante las manifestaciones, tras lo que habría ido trasladado al hospital de Mandalay, donde habría muerto.
Por otro lado, el domingo las autoridades entregaron a su familia el cuerpo de Ko Kyi Soe, de 48 años, con una herida en la cabeza, mientras que otras dos personas fueron disparadas el sábado por la noche y una joven murió la semana pasada tras recibir un disparo en la cabeza.
Una marcha de partidarios de la junta militar de Myanmar, que tomó el poder el 1 de febrero en un golpe de Estado, terminó este jueves con violentos disturbios y una persona apuñalada cuando los manifestantes agredieron a ciudadanos que los increparon a su paso en el centro de Rangún.
Un millar de simpatizantes de la junta militar se concentraron a primera hora de la mañana en el centro de la mayor ciudad del país con banderas del Ejército y proclamas en su favor.
A su paso, grupos de ciudadanos que observaban la marcha en apoyo a los militares les mostraban billetes, en referencia a la acusación de que están pagados por los soldados para acudir a la manifestación.
Los mayores incidentes se produjeron cuando los manifestantes llegaron a la estación central de tren de Rangún y se encontraron con un grupo de trabajadores que protestaban contra el golpe con una cacerolada.
Los partidarios del Ejército increparon a los trabajadores y los atacaron con piedras y resorteras, lo que produjo que los enfrentamientos se recrudecieran.
Un vídeo de una cámara de seguridad muestra cómo un hombre apuñala a un ciudadano que era perseguido por un grupo de manifestantes que apoyaban a la junta.
(Con información de Europa Press)
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