Diplomáticos estadounidenses en China afirmaron que fueron obligados a someterse a hisopados anales para detectar el coronavirus pese a que, en principio, están exentos de ello.
Según los medios estadounidenses Vice y Washington Post, empleados del departamento de Estado desplegados en el país asiático se quejaron de haber tenido que someterse “por error” a un test anal de covid-19.
“El Departamento de Estado nunca estuvo de acuerdo con este tipo de pruebas y protestó directamente ante el Ministerio de Relaciones Exteriores cuando supimos que algunos miembros del personal estaban sujetos a ellas”, dijo un funcionario del Departamento de Estado a Vice.
Washington calificó el procedimiento de “indigno” y le dijo al personal que rechazara la prueba si se le pedía que la realizara.
En un correo electrónico a Reuters, un representante del Departamento de Estado dijo que estaba “comprometido a garantizar la seguridad de los diplomáticos estadounidenses y sus familias, preservando al mismo tiempo su dignidad”.
Preguntado al respecto en una rueda de prensa, el portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores negó no obstante estas informaciones.
“Que yo sepa (...) China nunca ha exigido al personal diplomático estadounidense desplegado en China que realice pruebas de hisopado anal”, dijo Zhao Lijian, en una rueda de prensa diaria en Beijing.
Una prueba invasiva
La controversia se debe a que el hisopado anal es mucho más invasivo que el nasofaríngeo: para recolectar las muestras, el hisopo debe insertarse entre tres y cinco centímetros en el recto y girarse varias veces. Después de completar el movimiento dos veces, se retira el hisopo antes de colocarlo de forma segura dentro de un recipiente de muestra. Todo el procedimiento dura unos 10 segundos.
Algunas ciudades chinas usaron muestras tomadas del ano para detectar posibles infecciones de COVID-19 en medio de brotes regionales antes de las vacaciones del Año Nuevo Lunar. La práctica generó todo tipo de comentarios y críticas, incluso entre los usuarios de redes sociales chinas como Weibo.
En Beijing, en particular, se recurrió al método de diagnóstico por frotis rectal durante un repunte reciente de casos, y también se ordenó su uso en viajeros internacionales llegados a la capital china, donde además deben cumplir una cuarentena.
Un diplomático extranjero dijo a la AFP que había declinado someterse a ese tipo de test tras haber sido puesto en cuarentena en su domicilio a su regreso a China. Según él, los responsables que le propusieron realizar ese examen no insistieron.
Expertos como Li Tongzeng, médico jefe del Hospital You’an de Beijing, aseguran que el método de la prueba anal “puede aumentar la tasa de detección de personas infectadas”, ya que los rastros del virus permanecen más tiempo en el ano que en las vías respiratorias.
Las pruebas de heces también pueden ser más efectivas para encontrar infecciones en niños y bebés, ya que sus desechos tienen una carga viral más alta que los adultos, dijeron investigadores de la Universidad China de Hong Kong en un artículo publicado el año pasado.
En cualquier caso, los métodos habituales de detección seguramente siguen siendo los más utilizados, pues el test anal es “menos práctico”, según apuntaron responsables chinos citados por la prensa.
(Con información de Reuters, AFP)
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