Equipos de rescate liberaron este martes a decenas de ballenas, que quedaron varadas por segunda vez tras llevarlas al océano el lunes, cerca de Farewell Spit, el arenal natural más largo del mundo, situado al noroeste de la Isla Sur de Nueva Zelanda, informaron fuentes oficiales.
Al menos 28 ballenas piloto (“Globicephala melas”) fueron trasladadas esta tarde a aguas profundas, donde nadan libremente, dijo a la agencia de noticias EFE Trish Grant, asesora y portavoz de Comunicaciones del Ministerio de Conservación (DOC) neozelandés.
Los mamíferos son vigilados por un equipo de rescate y varios voluntarios para actuar en caso de que se produzca algún percance.
“Personal del DOC y voluntarios permanecen en el lugar listos para responder en caso de que las ballenas comiencen a dirigirse a la costa y queden varadas de nuevo”, señalaron desde el Ministerio.
La portavoz indicó además que 15 ejemplares del grupo original de 49 ballenas varadas murieron. Todas fueron encontradas el lunes varadas en Farewell Spit, un arenal de 34 kilómetros de largo situado en la turística zona de Golden Bay.
Las autoridades neozelandesas también indicaron la dificultad de llevar la cuenta de los animales en su hábitat y el movimiento de los cadáveres provocado por las condiciones oceánicas.
En 2017, unas 700 ballenas, de las cuales 250 murieron, se quedaron varadas también en Farewell Spit.
El mayor varamiento de cetáceos ocurrió en 1918 en las Islas Chatham, a unos 800 kilómetros de la costa sureste de Nueva Zelanda, cuando unas mil ballenas piloto se quedaron varadas en ese remoto lugar.
Los científicos aún no han podido explicar por qué en ocasiones las ballenas se desvían de sus rutas y se quedan varadas en aguas de poca profundidad, aunque se cree la posibilidad de que se extravíen atraídas por contaminación de ruido o guiadas por un cabeza de grupo desorientado.
(Con información de EFE y AFP)
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