Los servicios japoneses de seguridad marítima informaron de la incursión de buques chinos en las islas de Senkaku/Diaoyu, en el mar de la China Oriental, en lo que se trata de la octava incursión de estos barcos en las aguas disputadas en 2021.
Dos de los cuatros buques chinos avistados en el área entraron en el mar territorial y permanecen allí. Uno de ellos tiene un cañón a bordo.
Tras conocer la incursión, el director general de la Oficina de Asuntos de Asia y Oceanía del Ministerio de Exteriores de Japón, Takehiro Funakoshi, envió una nota de protesta a la Embajada de la República Popular China en Tokio.
Las repetidas incursiones se producen luego de que una nueva ley entrara en vigor en China a principios de este mes, que permite explícitamente a la guardia costera del régimen usar armas contra barcos extranjeros que Beijing considera que ingresan ilegalmente a sus aguas.
Se trata de la octava vez este año que barcos chinos entran en aguas japonesas, según el undécimo cuartel general de la Guardia Costera Regional con sede en Naha, prefectura de Okinawa.
El enfoque en las islas se intensificó poco después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asumiera el cargo y le asegurara al primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, que su país mantendría el compromiso del tratado de seguridad de defender las islas controladas por los nipones. La conversación se produjo cuando el mandatario norteamericano expresó su oposición inicial a los reclamos territoriales chinos en una serie de llamadas a los aliados asiáticos el mes pasado.
China, que a su vez ha protestado por lo que dice que son movimientos ilegales de embarcaciones japonesas cerca de las islas, parece utilizar la escalada de sus actividades de guardacostas en las aguas como un medio para desafiar las acciones japonesas.
Desde la década de 1970, Tokio y Beijing mantienen una disputa en el mar de la China Oriental por las islas Senkaku, como se conocen en Japón, o Diaoyu, según su denominación china. En 2020, de acuerdo al gobierno nipón, los buques del régimen realizaron 333 incursiones en las aguas próximas.
Japón alega que las cinco islas forman parte de su territorio desde 1895 y que antes no pertenecieron a nadie, pero Beijing sostiene que en los mapas japoneses de 1783 y 1785 el archipiélago es identificado como territorio chino y que había pertenecido al Imperio Chino hace 600 años.
El gobierno del presidente de China, Xi Jinping, creó un museo digital a principios de diciembre pasado que, según él, “ayuda a los espectadores a comprender mejor el hecho indiscutible” de que las islas deshabitadas son parte del territorio chino. El gobierno de Japón ha protestado por la insólita medida.
“Todos los días tratan de ingresar a nuestras aguas territoriales. En agosto, una nave se quedó 57 horas y persiguió a nuestros pescadores”, dijo el congresista japonés Yasuhide Nakayama el año pasado.
Tokio atribuye las reclamaciones del régimen al descubrimiento en el archipiélago de importantes reservas de hidrocarburos en la zona en la década de 1970, con una extensión de apenas seis kilómetros cuadrados, que permaneció después de la Segunda Guerra Mundial bajo el control de Estados Unidos, y que acabó con Washington transfiriéndolos a Japón en 1972.
(Con información de Europa Press)
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