Al menos tres cohetes fueron lanzados este lunes contra el aeropuerto de Erbil, en el norte de Irak, y uno de ellos impactó en un complejo militar donde se encuentran soldados de la coalición liderada por Estados Unidos, informaron este lunes a la agencia AFP dos fuentes de seguridad.
El hecho dejó un contratista civil extranjero muerto, e hirió a otros cinco y a un soldado estadounidense, según reportó por el portavoz de la coalición, el coronel Wayne Marotto.
Los otros dos cohetes cayeron en zonas residenciales ubicadas cerca del aeropuerto, precisó una de las fuentes, sin poder indicar en lo inmediato si había víctimas. Sí se confirmaron dos heridos civiles, y autoridades locales también confirmaron daños materiales. Es la primera vez en casi dos meses que tiene lugar un ataque contra instalaciones militares o diplomáticas en Irak.
Alrededor de las 18.30, hora GMT, un reportero de la AFP escuchó varias explosiones fuertes en las afueras del noroeste de Erbil, la capital de la región autónoma del Kurdistán de Irak.
Fuentes iraquíes dijeron a la AFP que al menos tres cohetes fueron disparados en dirección al aeropuerto.
En un comunicado, el Ministerio del Interior de la región del Kurdistán confirmó que “varios cohetes” habían impactado en la ciudad y dijo que los organismos de seguridad habían iniciado una “investigación detallada”, instando a los civiles a permanecer en casa hasta nuevo aviso.
Tras el ataque, las fuerzas de seguridad se desplegaron alrededor del aeropuerto y se escucharon helicópteros en los alrededores de la ciudad.
No hubo una reivindicación inmediata de la autoría, aunque algunos canales de propaganda proiraníes fueron los primeros en informar sobre el ataque.
Sitios militares y diplomáticos occidentales han sido atacados por docenas de cohetes y ataques con bombas desde el otoño de 2019. La gran mayoría han golpeado Bagdad, capital iraquí, aunque las fuerzas iraníes dispararon misiles contra el aeropuerto de Erbil en enero de 2020, unos días después del ataque con drones de Estados Unidos en el que murió el general iraní Qassem Soleimani.
Desde entonces, las andanadas de cohetes han golpeado regularmente la embajada de Estados Unidos en Bagdad, y tanto los funcionarios estadounidenses como los iraquíes culpan a las facciones proiraníes de línea dura, como Kataeb Hezbollah y Asaib Ahl al-Haq.
Esos grupos se oponen a la coalición liderada por Estados Unidos, que tiene su base en Irak desde 2014 para ayudar a las fuerzas locales a luchar contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
Con ISIS en gran parte derrotado, la coalición se ha reducido a menos de 3.500 efectivos en total, 2.500 de los cuales son tropas estadounidenses. La mayoría están concentrados en el complejo militar del aeropuerto de Erbil.
Pero incluso cuando la coalición retiró más fuerzas, los ataques con cohetes continuaron, para la creciente frustración de Washington. En octubre, Estados Unidos amenazó con cerrar su embajada en Bagdad si no cesaban los ataques.
El gobierno iraquí facilitó una tregua indefinida con los grupos más extremistas y los ataques con cohetes prácticamente han cesado. No obstante, ha habido violaciones, la más reciente de las cuales fue una lluvia de cohetes dirigida a la embajada estadounidense el pasado 20 de diciembre.
Con información de AFP
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