El ministro de Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, ha asegurado este sábado que su país estaría dispuesto a acoger una primera cumbre entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden.
“Finlandia siempre está lista para ofrecer sus buenos oficios. Si bien hay otras alternativas, Helsinki siempre es un buen lugar para las reuniones”, ha explicado en rueda de prensa el jefe de la diplomacia finlandesa.
En julio de 2018, Helsinki albergó las primeras negociaciones entre el mandatario ruso y su par estadounidense de entonces, Donald Trump. El cara a cara se prolongó por más de dos horas.
“Es muy importante preservar las relaciones diplomáticas y la comunicación en todas las situaciones y sobre los temas muy complicados como lo hacen, por ejemplo, Finlandia y Rusia”, ha añadido Haavisto en sobre la reciente tensión entre Rusia y la UE. “Creo que ambos deben hacer lo mismo”, ha añadido en declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.
En opinión del jefe de la diplomacia finlandesa, una posible ruptura de las relaciones entre Moscú y Bruselas “podría ser un escenario negativo”, aunque se negó a comentar el tema de posibles sanciones de la UE a Rusia. Está previsto que el ministro finlandés se reúna con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, el lunes 15 de febrero en San Petersburgo.
A diferencia de la gestión de Donald Trump, el gobierno de Biden responsabiliza al Kremlin por interferir en las elecciones estadounidenses de 2016, por envenenar al opositor Alexei Navalny y por otros comportamientos “malignos”.
“Tomaremos medidas para que Rusia rinda cuentas por la gama de actividades malignas que ha llevado a cabo”, dijo el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan. “Lo haremos en el momento y de la manera que elijamos”, añadió.
En el mediano plazo, es probable que surjan otros ejes de conflicto. Uno se relaciona con las prioridades de la agenda de política exterior que va a tener el nuevo gobierno. Biden va a tratar de ser recordado como un promotor de la democracia en el mundo, y eso no solo lo va a llevar a cuestionar las dudosas credenciales de Putin en la materia, sino a ejercer presión sobre gobiernos aliados al Kremlin.
Bielorrusia puede convertirse en un campo de batalla diplomática, tras las desacreditadas elecciones en las que el presidente Alexander Lukashenko volvió a proclamarse ganador por cifras irrisorias, lo que desató la mayor ola de protestas desde la independencia del país. Trump hizo silencio, pero todo indica que Biden se sumará a la Unión Europea, que impuso sanciones contra el gobierno bielorruso.
Cualquier intervención estadounidense a favor de la oposición a Lukashenko va a ser vista por Putin como una injerencia inaceptable en su patio trasero, así que no hay dudas de que habría una respuesta fuerte. Que se desate una crisis como la de Ucrania parece un escenario alejado en este momento, pero el riesgo es insoslayable, porque Moscú no está dispuesto a ceder un ápice de su influencia en la región.
Hasta el momento ni el Gobierno norteamericano ni el ruso confirmó que estén negociando una cumbre, ni que vaya a ser en Finlandia.
Con Información de Europa Press
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