El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció este miércoles una serie de sanciones contra los militares vinculados al Golpe de Estado en Myanmar y pidió la la liberación “inmediata” de la dirigente Aung San Suu Kyi, arrestada durante la toma del poder por parte del ejército.
“He aprobado un nuevo decreto que nos habilita a sancionar inmediatamente a los líderes militares que lideraron el golpe, a sus intereses económicos al igual que los de sus familiares cercanos”, expresó Biden.
Las sanciones incluyen el bloqueo de activos de las Fuerzas Armadas de Myanmar en Estados Unidos por un valor de 1.000 millones de dólares, pero los detalles del alcance de estas medidas serán revelados en los próximos días, indicó el mandatario.
“Hoy vuelvo a exhortar a las Fuerzas armadas de Myanmar a liberar inmediatamente a los líderes políticos democráticos y losa ctivistas que están detendios, incluyendo a Aung San Suu Kyi y también a Win Myint, el presidente”, dijo Biden.
“Los militares deben entregar el poder”, agregó.
Las Fuerzas Armadas de Myanmar dieron el 1 de febrero un Golpe de Estado que puso fin a diez años de experimento democrático en el país.
En los últimos días, centenares de miles de manifestantes salieron a las calles del país, pidiendo la liberación de los detenidos, el fin de la dictadura y la abolición de la Constitución de 2008, hecha a medida del ejército.
Desde el golpe el número de personas detenidas hasta este miércoles ascendía a 190, según una oenegé que ayuda a presos políticos, entre ellos la líder política Aung San Suu Kyi, ex consejera de Estado y Premio Nobel de la Paz en 1991 (el galardón se tornó polémico cuando fue acusada en 2016 de no proteger a la minoría rohingya de la limpieza étnica perpetrada por el ejército), y el presidente Win Myint.
Este viento de protesta no se veía desde 2007, cuando la “Revolución de azafrán” liderada por monjes fue violentamente reprimida por los militares.
El riesgo de represión es real en el país que ya ha vivido cerca de 50 años bajo dominio militar desde su independencia en 1948.
El golpe de Estado fue condenado por Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y muchos otros países.
Nueva Zelanda anunció que suspendía sus relaciones militares y políticos de alto nivel con Birmania, convirtiéndose en el primer país en tomar medidas para aislar a la junta.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU celebrará el viernes una sesión especial para analizar estos acontecimientos. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas instó por su parte a la liberación de los detenidos.
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