El movimiento de desobediencia civil en Myanmar contra la junta militar que tomó el poder convocó nuevas manifestaciones para este martes a pesar de la ley marcial decretada anoche por los militares para impedir las protestas.
La policía estableció desde primera hora de la mañana controles en varios puentes y carreteras que llevan al centro de Rangún, antigua capital y cuidad más poblada, escenario desde el sábado de movilizaciones multitudinarias en rechazo al gobierno militar, encabezado por el general Min Aung Hlaing.
Centenares de personas se concentraron a un lado del puente de una zona industrial de la urbe ante la imposibilidad de poder cruzar por el fuerte despliegue policial, que mantenía controlado a cuentagotas el tráfico rodado.
La junta militar de Myanmar impuso el lunes la ley marcial en varias ciudades y distritos de Rangún en respuesta a las manifestaciones y prohíbe las reuniones de más de cinco personas e impone un toque de queda nocturno, entre otras medidas.
El anuncio llegó después de que los militares, a través del canal de la televisión estatal MRTV, amenazaran con tomar acciones contra los manifestantes y les acusaran de dañar la estabilidad del país, la seguridad y el Estado de derecho.
En su primer discurso a la nación, Min Aung Hlaing pidió anoche a los ciudadanos que permanezcan “unidos como país” y que se fijen “en los hechos y no en las emociones”, al justificar el golpe de Estado militar por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre.
Decenas de miles de personas tomaron desde el sábado las calles del país para protestar contra la toma de poder por parte del Ejército, que ya gobernó Myanmar con puño de hierro entre 1962 hasta 2011, y exigir la liberación de los líderes democráticos arrestados, entre ellos la nobel de la paz Aung San Suu Kyi.
Desde la asonada al menos 170 personas han sido detenidas, la gran mayoría políticos y miembros del partido liderado por Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (LND), incluidas 18 personas que ya han sido puestas en libertad.
La LND, en el gobierno desde 2016, arrasó en los comicios de noviembre al imponerse en el 83 % de los escaños en liza, pero los militares alegan que esos resultados fueron amañados y así justifican su golpe de Estado.
Con información de EFE
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