Alemania, Suecia y Polonia anunciaron este lunes la expulsión de diplomáticos rusos en una acción coordinada y en respuesta a una medida similar del Kremlin en el marco de las tensiones por al arresto del líder opositor Alexei Navalny.
El viernes, Moscú había ordenado la salida de tres representantes de estos países europeos por participar en protestas en favor de Navalny, crítico de Vladimir Putin.
La decisión rusa de expulsar a los diplomáticos de Alemania, Suecia y Polonia coincidió con la visita a Moscú del alto representante para Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell y ha desatado fuertes críticas de los Veintisiete.
La Oficina de Asuntos Exteriores de Alemania emitió un comunicado en el que detalla que nombraron “persona no grata” a un miembro de la delegación rusa en Berlín. “Con este paso, el gobierno responde a la decisión de la Federación Rusa”, que “no estaba de ninguna manera justificada”. Según resaltó, el enviado alemán “estaba meramente ejerciendo sus funciones”, en cumplimiento de las convenciones internacionales y en cumplimiento de las leyes locales.
Por su parte, fuentes del ministerio polaco de Asuntos Exteriores anunciaron que la decisión afecta a un miembro del consulado ruso en la ciudad polaca de Posen. El gobierno sueco hizo en paralelo un anuncio similar.
Moscú argumentó el domingo su decisión en que los tres europeos habían participado en protestas no autorizados en favor de Navalny, quien fue detenido y proceso de regreso a su país, tras cinco meses en Alemania donde se recuperó del envenenamiento sufrido en su país. El ministerio ruso, que consideró “esas acciones inaceptables e incompatibles con su estatuto diplomático”, precisó que se les ordenó abandonar el país “en un futuro próximo”.
Unas horas antes de la decisión de Moscú, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borell, había juzgado que las relaciones con Rusia estaban en su “punto más bajo” por el envenenamiento y el encarcelamiento de Navalny.
(Con información de EFE)
MÁS SOBRE ESTE TEMA: