Israel levantó este domingo las restricciones de movimiento de sus ciudadanos que desde esta mañana pueden alejarse a más de un kilómetros de su domicilio y permitió la reapertura de centros de trabajo sin público y algunos comercios con un solo cliente.
De esta forma, comienza a aliviarse el cierre nacional de más de un mes, que será progresivo y lento. Este domingo, el Gabinete israelí debate la posible reactivación de la educación prescolar.
Desde las 7 GMT, los ciudadanos viven en un confinamiento menos restrictivo y ya pueden moverse con libertad, aunque la actividad económica y comercial se mantendrá operativa parcialmente. Los restaurantes pueden desde hoy servir comida para llevar, los parques nacionales vuelven a abrir sus puertas y las pensiones (B&B) pueden alojar a personas del mismo núcleo familiar.
El país se había confinado de nuevo el pasado 27 de diciembre coincidiendo con el comienzo de la campaña de vacunación. Fue la tercera vez y sin que entre este cierre y el segundo de septiembre hubiera recuperado su actividad social y económica total ya que restaurantes y lugares de ocio se han mantenido cerrados.
El aeropuerto internacional de Ben Gurión continuará prácticamente cerrado, pero el Gobierno aprobó el retorno de los israelíes varados en el extranjero desde antes del 25 de enero, cuando se limitaron los vuelos a casos humanitarios y de urgencia.
La desescalada comenzó tras varios retrasos por la alta morbilidad en el país, que sigue registrando tasas de positivos de más del 9%, y puesta la confianza en la avanzada campaña de vacunación.
Cerca de 3,5 millones de residentes han recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 y más de dos millones la segunda aunque en la última semana se ha reducido el ritmo de vacunación y las autoridades animan a los ciudadanos a inocularse.
Las autoridades israelíes confían en que la inmunización comience a reflejarse en la disminución de contagios en las próximas semanas aunque alertan de que las nuevas cepas han acelerado las infecciones.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, aseguró el jueves que el 80% de la morbilidad en Israel se debe a la mutación británica.
Además, las contantes violaciones del confinamiento por sectores de la sociedad enfrentaron a Netanyahu con su socio de Gobierno, Beny Gantz, que exigió elevar las multas y una mayor intervención de las fuerzas de seguridad para hacer cumplir las normas.
Multitudinarios funerales de la comunidad ultraortodoxa, cuando el Ejecutivo debatía la semana pasada ampliar el cierre, enfadaron a la opinión pública.
La tasa de reproducción cayó en enero por debajo del uno, la cifra que garantiza que su expansión decrezca, sin embargo ha vuelto a superar este umbral, según un informe recogido hoy por el digital Ynet del grupo de trabajo de inteligencia militar que colabora en la lucha contra la pandemia. ”Más que nunca, la gente necesita mostrar responsabilidad personal y acatar las regulaciones”, declaró esta sección del Ejército.
Otro motivo de ilusión
Expertos israelíes probaron con éxito dos fármacos para casos graves de COVID-19: en el Hospital Ichilov, un fármaco muy económico ofreció resultados positivo del 95%. En la Clínica Hadassah, de Jerusalem, se probó otro fármaco con resultados similares. Piden autorización al Comité de Helsinki para que les habilite extender el ensayo a más pacientes.
Según un informe de KAN News, el profesor Nadir Arber, del Centro Integrado de Prevención del Cáncer del hospital Ichilov, probó un medicamento que ha estado desarrollando en pacientes en estado moderado y grave que padecían el virus con un resultado positivo del 95%. El experto afirmó que el medicamento, llamado EXO-CD24, es económico y efectivo y debe administrarse una vez al día durante cinco días.
De los 30 pacientes que recibieron el medicamento, 29 mostraron una mejora notable en dos días y fueron dados de alta del hospital entre tres y cinco días después. Una paciente también se recuperó, pero tardó unos días más, informó el hospital.
Y el Centro Médico Hadassah, en Jerusalem, también informó sobre una posible cura. Administró a 21 pacientes en estado crítico, que padecían enfermedades subyacentes, un fármaco llamado Allocetra. Según los médicos, 19 pacientes se recuperaron en seis días y fueron dados de alta del hospital en promedio después de ocho días.
El fármaco fue desarrollado por el profesor Dror Mevorach, director del Centro de Investigación de Reumatología y Medicina Interna, para tratar los sistemas inmunológicos hiperactivos que causan la secreción de citocinas.
(Con información de EFE)
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