Miles de personas salieron de nuevo a las calles este domingo pese a la censura de internet y las detenciones para protestar contra el golpe de Estado que depuso al gobierno civil de Aung San Suu Kyi el 1 de febrero.
La policía antidisturbios estaba desplegada cerca de la Universidad de Rangún, en el norte de la capital económica birmana, donde tenía lugar la manifestación, aunque no se informó de enfrentamientos.
“Seguiremos manifestando hasta que vuelva la democracia. Abajo la dictadura”, declaró Myo Win, un manifestante de 37 años, bajo un concierto de bocinazos.
“La dictadura está enraizada en nuestro país desde hace demasiado tiempo”, lamentó Myat Soe Kyaw.
El país vivió bajo dictadura militar durante casi 50 años después de su independencia en 1948.
No lejos de allí, los manifestantes coreaban: “Liberen a madre Suu”, en referencia a Aung San Suu Kyi. Otros enarbolaban banderas de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND) y hacían el saludo con tres dedos, un gesto de resistencia.
Pese al miedo en un país acostumbrado a la represión sangrienta como en 1988 y 2007, los habitantes de Rangún volvieron a salir a las calles a primeras horas del día para “expulsar a los demonios”, los militares, golpeando cacerolas.
El sábado, varios miles de personas se congregaron en varias ciudades del país para condenar el golpe de Estado del 1 de febrero que puso fin a diez años de frágil democracia.
Los militares decretaron el estado de urgencia por un año y detuvieron a Aung San Suu Kyi, jefa de hecho del gobierno civil, y a otros responsables de la LND.
Pese a las órdenes de los militares golpistas de bloquear internet, la manifestación estaba siendo difundida en línea en Facebook donde se multiplicaban los mensajes de apoyo. “Sois nuestros héroes”, “Respeto a los manifestantes”, se podía leer.
Mientras tanto, la censura proseguía este domingo y las herramientas de comunicación seguían perturbadas.
El acceso a Facebook, principal red social en Birmania, estaba perturbado, al igual que a Twitter e Instagram.
“Los generales tratan de paralizar el movimiento ciudadano de resistencia y dejar al mundo exterior en la ignorancia”, lamentó Tom Andrews, relator especial de la ONU para los derechos humanos en Birmania.
Más de 160 personas han sido detenidas, según la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos, con sede en Rangún.
Un asesor económico de la exmandataria de 75 años, el australiano Sean Turnell, estaba retenido en su hotel.
“Estoy actualmente detenido y quizá acusado de algo”, declaró el sábado a la BBC este profesor de la Universidad Macquarie en Australia. Se trata de la primera detención conocida de un extranjero desde el golpe.
Aung San Suu Kyi, muy criticada hasta hace poco por la comunidad internacional por su pasividad en la crisis de los rohinyás, sigue siendo una figura querida en su país.
Los militares la acusan de haber infringido una oscura regla comercial y se encuentra “bajo arresto domiciliario” en la capital Naypyidaw, “en buena salud”, según un portavoz de la LND.
Las autoridades “deben garantizar que se respete completamente el derecho de reunión pacífico y que los manifestantes no serán sometidos a represalias”, tuiteó la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas tras las manifestaciones del sábado.
La ONU instó a la liberación de todos los detenidos pero no ha condenado formalmente el golpe de Estado en su declaración común ya que China y Rusia, apoyos tradicionales del ejército birmano en Naciones Unidas, se oponen.
Estados Unidos y la Unión Europea han enarbolado la amenaza de las sanciones.
Para justificar el paso a la fuerza, el jefe del ejército, Min Aung Hlaing, que concentra ahora la práctica totalidad de los poderes, alegó “enormes” fraudes en las legislativas de noviembre, en las que la LND ganó por aplastante mayoría.
En realidad, los generales temen perder influencia tras la victoria de Aung San Suu Kyi, que se habría mostrado favorable a modificar la Constitución, muy beneficiosa para los militares.
Estos han prometido elecciones libres al final del estado de urgencia.
Con información de AFP
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