El Ejército de Israel sigue redoblando esfuerzos para avanzar en la capacitación de sus distintas unidades de rescate. El pasado mes de enero se llevó a cabo un curso de “medicina de rescate”, del que formaron parte unos 30 médicos de la Brigada de Rescate. En diálogo con Infobae, el doctor Dani Nemet, quien estuvo al frente del curso, explicó la importancia de reforzar la preparación de las fuerzas armadas sobre la “medicina de rescate”, y dio detalles de la actividad que también fue dictada en otros países, como Estados Unidos.
“Enseñamos cómo operar en situaciones críticas, y cómo lidiar con vulnerabilidades no vistas en ningún otro incidente”, comentó el pediatra, quien durante 20 años fue el doctor principal de la Unidad Nacional de Rescate. “El Ejército -añadió- entendió que ser un proveedor de servicios médicos de rescate es diferente de todos los demás cursos del Ejército. Este es básicamente el primer curso que hicimos, que obtuvo una etiqueta especial, un pin especial, un reconocimiento especial del Ejército. Fueron certificados como personal médico de rescate de búsqueda. Esta es una profesión que se debe obtener para ser un experto en el campo”.
Nemet remarcó por qué esta tarea es diferente a las otras que desarrollan los equipos de rescate ante cualquier incidente o desastre natural: “Es diferente por dos aspectos principales. El primero es que, normalmente, si ocurre algo en un edificio o si hay un terremoto, tenemos que tratar a todo el mundo: niños, ancianos... y esto es algo que no enseñamos a nuestras fuerzas regulares porque están acostumbradas a tratar a soldados. Así que tenemos que darles información sobre cómo tratar a los niños, a los adultos, a los ancianos... En segundo lugar, dondequiera que haya un derrumbe, un terremoto, hay una parte de ingeniería en la que normalmente no pensamos. Por ejemplo, puede haber dos personas, una de las cuales está gravemente herida, pero es fácil de sacarla, y la otra está herida muy levemente, pero es muy difícil o casi imposible de sacar del edificio. Entonces, en ese caso, hay que tener en cuenta algo que nosotros, como médicos, no solemos hacer porque no pensamos en la ingeniería, sino en cómo salvar vidas. Esto nos hizo comprender que tenemos que enseñar a nuestro personal médico”.
El doctor israelí, que se unió a la Unidad de Rescate del Ejército en 1995, detalló que a los médicos y paramédicos de la Fuerza se les enseña a “hacer una clasificación médica”. Es decir, “cómo decidir quién debe ser tratado primero”. “Tenemos que tener en cuenta que si tenemos suficientes médicos, paramédicos, y equipos, no es un problema, podemos tratar a todo el mundo. Pero en el caso de un terremoto o una catástrofe, en la que no tienes suficiente gente, ni suficientes equipos, tienes que decidir quién debe ser tratado primero”.
Al respecto, sostuvo que la decisión no es exclusivamente médica; también se evalúa la “ingeniería”. El otro factor que entra en juego “es el peligro”: “Si tienes que entrar en edificios que se han derrumbado, puede haber peligro para el paciente, para ti mismo, o para tu equipo”.
Ante este cuadro de situación, la Unidad de Rescate del Ejército de Israel trabaja sobre lo que llaman “el triángulo de oro”, que está conformado por el comandante a cargo, el médico y el ingeniero. “Juntos tienen que decidir quién debe ser tratado primero”. Para explicar su funcionamiento, Nemet contó cómo debieron hacer frente a un terremoto en Nepal: “Llegamos a un edificio en el que alguien nos dijo que creía haber oído gritos de un niño. El ingeniero dijo ‘no debemos entrar porque se derrumbará muy pronto’. Como supuestamente había un niño, tuvimos que decidir qué hacer. Decidimos traer un perro, le pusimos una cámara GoPro y lo enviamos al edificio a buscar al niño. Pero no lo encontró, por lo que probablemente no estaba allí. Horas después, el edificio colapsó”.
El doctor israelí, que también es miembro del equipo de medicina de rescate de la ONU, también habló del “síndrome de choque”. Según apuntó, antes de sacar a una persona atrapada de entre los escombros, los equipos de rescate deben atenderla: “Si no la tratas antes de sacarla, puede tener, por ejemplo, problemas de corazón. A veces se tarda horas en sacarla”.
“A veces nos vemos obligados a cortar alguna extremidad, como una mano, una pierna, para salvarle la vida a la persona. Porque por ejemplo, si alguien tiene la pierna atrapada y el edificio está por colapsar, o si alguien está muy enfermo -casi muriendo-, y debes sacarlo, a veces debes sacrificar una extremidad para salvarle la vida”, comentó.
Pese al conocimiento médico, Nemet subrayó la importancia de que los paramédicos del Ejército se capaciten en este tipo de operativos ante la gran cantidad de obstáculos que le presenta al equipo de rescatistas: “Hacer esos tipos de tratamientos no es tan sencillo como hacerlo en una clínica. Aquí puedes no tener casi luz, estar lleno de polvo, la persona puede estar deshidratada... Es un gran desafío”.
Otro aspecto de suma importancia es el psicológico: “Tenemos que saber cómo tratarnos a nosotros mismos, y a nuestros soldados, para prevenir lesiones: lesiones físicas, o lesiones psicológicas, como el post-trauma (...) No hay nada que se pueda comparar con las imágenes que se ven en los terremotos o en otras catástrofes. Así que es fundamental que hablemos de ello, que hagamos saber a nuestra gente qué puede ocurrir, que sepamos que se puede manejar, y que si se trata correctamente, la gente lo superará y se mantendrá sana. Es un tema muy importante. Uno tiene que estar preparado para todos los escenarios porque no sabe con qué se puede enfrentar”.
El pediatra, que encabezó más de 15 delegaciones en diferentes partes del mundo, consideró que cada vez es más importante el “intercambio de conocimientos” entre países. “La mayoría de los países del mundo entienden que, si se produce una catástrofe en su país, la mayoría de los países del mundo no serían capaces de afrontarla por sí mismos. El intercambio de conocimientos es muy importante. Nosotros tenemos mucha experiencia en varias cosas, otros grupos tienen mucha experiencia en otras cosas, y creo que el intercambio de conocimientos entre los grupos de rescate de todo el mundo es muy importante y ayudaría en las próximas catástrofes. Nosotros compartimos nuestra experiencia, enseñamos, aprendemos, e intercambiamos conocimientos... Aquí no hay competencia”.
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